Suena repetitivo, pero la vida sin Romo confirma la metamorfosis de los Vaqueros: De contendiente al partido grande a un simple competidor que ahora luchará por arañar un lugar en la postemporada, más si se mete a su estadio un rival del calibre de los Patriotas, con un imparable Tom Brady (275 yardas y dos TD) en los controles, que balones desinflados o no, sigue siendo una máquina de pases de anotación. Ayer, sólo tuvo dos en el triunfo de 30-6 sobre el equipo de la estrella solitaria.
El abucheo de los aficionados de Dallas cuando Weeden voló a su receptor en la última ofensiva lo dijo todo. Por algo los pronósticos daban 20 puntos como margen de victoria a favor de los Patriotas.
Así, mientras que Brady llegó a 100 partidos consecutivos iniciando con Patriotas, que ya tienen cuatro triunfos y cero derrotas, Dallas se quedó en dos triunfos a cambio de tres descalabros y, lo peor, con un equipo debilitado sin los nombres de Romo y Bryant en su roster titular.