LUXEMBURGO. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea instaron a Rusia a parar sus ataques contra la oposición moderada siria y a centrarse en combatir a los terroristas del Estado Islámico, mientras que no lograron un acuerdo sobre si el presidente Bachar al Asad debe participar en la transición.
“Los recientes ataques militares de Rusia, que van más allá de Daesh (EI) y de otros grupos terroristas designados por la ONU y contra la oposición moderada, suscitan gran preocupación y deben detenerse inmediatamente”, subraya el Consejo de Ministros de la UE en unas conclusiones aprobadas ayer.
La jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, admitió que la intervención de Rusia en el conflicto sirio “cambia por supuesto las reglas del juego” e implica “elementos muy preocupantes”.
La UE pidió a Rusia “centrar sus esfuerzos en el objetivo común de lograr una solución política al conflicto”, y condenó las violaciones por parte de Moscú del “espacio aéreo soberano de países vecinos”, como ha sido el caso recientemente en Turquía.
Los ministros apoyaron los esfuerzos de la coalición global contra el EI en Siria e Irak y consideraron que, “como consecuencia de sus políticas y acciones”, el régimen de Bachar al-Asad “no puede ser un socio en la lucha contra” los terroristas.
“El régimen sirio tiene la mayor responsabilidad de las 250 mil muertes que se han producido en el conflicto y de millones de desplazados”, aseveraron.
Por lo que respecta al papel del presidente sirio en la solución política al conflicto, los países no lograron consensuar un acuerdo sobre si debe participar en el proceso de transición hacia un nuevo régimen. Pero sí consideraron que Al-Asad debe estar excluido del futuro gobierno del país: “No puede haber una paz duradera en Siria bajo el actual liderazgo, y hasta que las aspiraciones y quejas legítimas de todos los componentes de la sociedad siria se hayan considerado”.
Los ministros recordaron que la UE está dispuesta a trabajar estrechamente con el nuevo gobierno una vez esté formado y a ofrecer “apoyo inmediato y sustancial” para la reconstrucción del país, que ascendería a 100 millones de euros.