DALLAS. Un mexicano que fue extraditado a Estados Unidos acusado de encabezar una red de trata se declaró hoy culpable en una corte federal de Houston de trasladar a jóvenes desde México para obligarlas a prostituirse en este país.
La Oficina del Procurador Federal para el Sureste de Texas informó en un comunicado que Gerardo Salazar, alias El Gallo, se declaró culpable este martes de cuatro cargos de albergar a extranjeras indocumentadas para efectos de prostitución.
La dependencia precisó que Salazar, de 51 años y originario de la Ciudad de México, admitió haber traído a Estados Unidos a menores de edad y mujeres jóvenes mediante engaños, amenazas, fuerza física y coacción psicológica, para obligarlas a prostituirse en bares de la zona metropolitana de Houston.
La jueza federal Vanessa Gilmore aceptó la declaración de culpabilidad y señaló que se dictará sentencia el 16 de enero de 2016. Salazar podría enfrentar una condena de hasta 10 años de cárcel por cada cargo, así como una posible multa de 250 mil dólares.
En septiembre de 2005, autoridades federales acusaron a Salazar y a los también mexicanos Salvador Fernando Molina García, Ángel Moreno Salazar, José Luis Moreno Salazar, Juan Carlos e Iván Salazar, de “conspirar juntos para reclutar, atraer, albergar, transportar, proveer y obtener jovencitas mexicanas”.
Gerardo Salazar, identificado como el líder de la banda, fue arrestado en México en 2010 y extraditado a Estados Unidos en junio de 2014.
Sus cómplices fueron detenidos en Houston y en sus respectivas declaraciones de culpabilidad, en 2006, admitieron ser parte de una organización que operó de principios de 2004 hasta el verano de 2005.
Señalaron que el objetivo de la banda era reclutar, convencer, albergar, transportar, proveer y obtener a jóvenes mexicanas con fines de prostitución.
Los acusados admitieron que se beneficiaron económicamente de su participación en la empresa sabiendo que la fuerza, el fraude y la coacción se utilizarían para hacer que las mujeres se prostituyeran.
Los inculpados también reconocieron que algunas de las mujeres eran menores de 18 años.