En los últimos tres años, el gobierno federal ha reducido el crecimiento del presupuesto en salud al pasar de otorgar incrementos de 2.7% en 2012 a 0.5% en el ejercicio de este año; ello a pesar de que el IMSS, el ISSSTE y el Seguro Popular tienen más derechohabientes y de que los padecimientos que más aquejan a los mexicanos cada vez son más caros de tratar.
A partir de 2012 la tasa de crecimiento del presupuesto en salud como porcentaje del Producto Interno Bruto ha pasado de una tasa de crecimiento de 2.7% anual a una de 0.5%. De igual manera, el gasto público ejercido en salud como porcentaje del gasto programable del sector público ha presentado no una desaceleración, sino una disminución a una tasa anual de -0.5%.
La gravedad del asunto, señaló el exsecretario de Hacienda Pedro Aspe quien presentó el análisis, está relacionada con la gravedad de la transformación en el perfil epidemiológico de los mexicanos.
Así mientras en la década de 1990 eran más comunes las enfermedades contagiosas (cuyo tratamiento es más barato), 25 años después México tiene el segundo lugar de obesidad entre países de la OCDE y el primero en diabetes, cuyas comorbilidades (enfermedades asociadas) son mucho más caras de tratar.
“En el análisis histórico del presupuesto en salud se revela que este ha presentado una desaceleración al mismo tiempo que las presiones derivadas de los cambios demográficos y epidemiológicos están aumentando y seguirán generando importantes presiones a los costos de atención a la salud”, señaló.
Esta información surge de un análisis que elaboró la consultora Evercore (propiedad del economista y exsecretario de Hacienda Pedro Aspe) y presentó en el marco del foro Más y mejor salud, México 2030 organizado por la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex); parte de la revisión de la cuenta pública de las instituciones y presupuesto federal en los últimos diez años.
Revela que en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y en el Seguro Popular el gasto por afiliado ha disminuido básicamente porque hay menos dinero para atender a un creciente número de derechohabientes: mientras que de 2010 a la fecha sus presupuestos se han compactado, de 2005 a 2015 creció en 12% el número de afiliados.
“La trayectoria de gasto por afiliado ha sido negativa en los últimos años. La tasa media anual de crecimiento real -en pesos constantes de 2005 a 2014- fue negativa de 0.7% para el IMSS y de -4% para el Seguro Popular; para el ISSSTE, la trayectoria fue creciente de 2005 a 2012 a una tasa de 7.4% anual pero a partir de 2011 cambió de tendencia observándose una tasa negativa de 5.7%”, menciona el documento.
El sistema de salud mexicano está por debajo del de otras economías similares como Polonia, Chile o Colombia, principalmente porque la mayoría de los recursos se destinan para gastos administrativos (nómina y operación) que se llevan 80% de los recursos; mientras que los subsidios tienen 9% y la inversión representa 4.4% (la mayoría para construir infraestructura física); el restante es para otros tipos de gasto corriente.
obo