CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco protagonizó la sorpresa en la audiencia general en la Plaza de San Pedro, donde pidió públicamente “perdón” por “escándalos” sucedidos en Roma y el Vaticano, aunque sin precisar a cuáles se refería.
“En nombre de la Iglesia quiero pediros perdón por los escándalos que se han producido en Roma y en el Vaticano. Les pido perdón”, dijo el pontífice antes de leer el discurso que tenía preparado para los fieles congregados.
Las interpretaciones sobre a qué se estaba refiriendo el papa se extendieron entre la prensa internacional que cubre la información vaticana con referencias tanto a casos de pederastia como a movimientos en la Curia en relación al Sínodo de obispos que se celebra en el Vaticano.
También circularon como eventuales referencias papales el caso de la revelación de la homosexualidad del sacerdote polaco Krzysztof Charamsa, teólogo de la Congregación para la Doctrina de la Fe y secretario adjunto de la Comisión Teológica, también se ha mencionado como posible referencia de las palabras papales.
Fue el propio Lombardi quien calificó entonces las declaraciones de Charamsa de “muy graves e irresponsables” al producirse a un día de que arrancara el Sínodo, y anunció su expulsión de la Congregación.
La mención del papa sigue a la evidente crispación en el Vaticano y en el Sínodo por la publicación de una carta enviada al pontífice firmada por 13 cardenales, aunque algunos han asegurado que no lo hicieron, en la que denunciaban cómo se está llevando a cabo la reunión de los obispos sobre la familia.
Algunos cardenales confirmaron la existencia de la carta, pero pusieron en duda el contenido publicado y la lista de los firmantes. De hecho, el cardenal mexicano Norberto Rivera Carrera, arzobispo de Ciudad de México, uno de los 13 cardenales firmantes, difundió una nota en la que desmintió haber sido partícipe de la epístola.
Causaron bastante perplejidad, por otro lado, las declaraciones de otro firmatario, el cardenal alemán Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al Corriere della Sera.
“No voy a decir si firmé o no. El escándalo es que se haga pública una misiva privada del Pontífice. Éste es un nuevo VatiLeaks”, clamó Müller, en alusión al escándalo por filtraciones que sacudió el último tramo del pontificado de Benedicto XVI
Ante el revuelo que causó su existencia, el vocero vaticano tachó de “acto de disturbio” la publicación de dicha misiva.
Y por último, la prensa se ha hecho eco recientemente de una carta firmada por más de 100 fieles de la parroquia de Santa Teresa de Ávila en Roma en la que denunciaban la presencia en locales gais de la zona de un sacerdote, así como el testimonio de una persona que habría tenido en varias ocasiones relaciones sexuales pagadas con dicho cura.
Según este testimonio, del que ha sido advertido el vicario de Roma, Agostino Vallini, esos encuentros sexuales se producían en los locales de la parroquia y el cura habría consumido además grandes cantidades de droga y alcohol.