Desde investigar actos de corrupción hasta desocupar el auditorio Justo Sierra, tomado desde hace 16 años por grupos de supuestos estudiantes, la directora de la Facultad de Derecho de la UNAM propone en su plan de trabajo para la Rectoría, un amplio diagnóstico de la máxima casa de estudios en el país. ¿El resultado?, reinstalar el Estado de Derecho y “limpiar la casa”; si no se apegan a las reglas –dijo– “¡adiós!”.

 

En una entrevista con 24 HORAS, la primera mujer que ha dirigido la Facultad de Derecho de la UNAM afirmó que la institución ha avanzado, pero es necesario revisar la normatividad, diagnosticar la verdadera situación por la que atraviesa respecto al cumplimiento de las reglas y las leyes universitarias y, después, hacerlas cumplir.

 

¿La contienda ha sido equitativa?

 

Totalmente. La comunidad ha estado en calma. Hay algunas personas que pretenden discutir si debemos o no someternos al procedimiento que ofrece la convocatoria de la Junta de Gobierno, pero la ley sólo da esa forma de seleccionar al rector. También hay equidad de género, cuatro mujeres se registraron para participar y además hay un pacto de civilidad no escrito; hay madurez.

 

En más de cien años de historia, la UNAM nunca ha sido dirigida por una mujer, ¿qué consecuencias tendría que así ocurriera?

 

La mujer es biológicamente capaz de realizar varias actividades a la vez, no es una cualidad que tengan los varones, científicamente está comprobado. Ello nos da elementos de un cambio, de una sensibilidad especial para tratar con los jóvenes que son el futuro de México, pero a veces se sienten endebles: no debemos discriminar, hay que tener un tacto especial, no herir susceptibilidades (…) En la Facultad (de Derecho) ser mujer me ha permitido tener una mayor apertura. Dicen que la forma de la Torre de Rectoría es varonil: muy grande y muy alta; yo no creo en esos mitos.

 

¿No le suena a una Universidad que quiere ser moderna, pero se estanca en el pasado? ¿Por qué el género sigue siendo un tema de discusión?

 

El día que dejemos de discutir este tema tendremos una equidad de género: cuando ya no se diga que si yo por ser mujer o tú por ser varón. Estamos transitando hacia esa equidad. Hay muy buen ambiente en la comunidad y si alguno que otro todavía quiere su machismo, pues tiene que cambiar la mentalidad ¡es como resistirnos a usar la computadora!, hasta el maestro de más avanzada edad se tuvo que adaptar. La comunidad está preparada, las mujeres estamos preparadas, pero la cuestión aquí es de voluntad de la Junta de Gobierno.

 

¿Por qué una jurista sería mejor rectora que una científica o una historiadora?

 

Voy a ser poco modesta, pero se vale. En los momentos que vive el país y nuestra Universidad, hay que poner mayor énfasis en el Estado de Derecho. Ofrezco hacer una revisión integral de la normatividad, qué tenemos que hacer para que quien no se porta como debe portarse un universitario, sea sancionado.

 

¿Se refiere a revisar la Ley Orgánica de la UNAM?

 

Estado de Derecho significa cumplir con las normas, el deber ser de un universitario y si se violenta, hay que sancionar porque fuiste negligente, no fuiste competente o cometiste una falta. Tenemos un tribunal, una defensoría de los derechos universitarios… para poder crecer se requiere que tengamos mayor fuerza del Derecho.

 

¿Limpiar la casa? ¿de qué?

 

¡Pues dígame usted si no! Son pequeños lunares: los puestos ambulantes, radiodifusoras pirata…

 

¿También limpiar la casa de la corrupción?

 

También me refiero a eso. Ahorita como directora he revisado todos los puestos (ambulantes) y están actuando bien, son regulares. Si en algún lugar encontramos que hay un puesto que se convierte en expendio de mariguana, hay que ir a vigilar quién lo permitió y por qué. Primero el diagnóstico y luego desarrollar medidas para poner esas cuestiones al día. No quiere decir que sea la generalidad.

 

Hay un auditorio tomado…

 

Hay un área tomada que está destinada a determinados objetivos y éstos han sido desviados, ¡estamos violentando la norma desde hace 16 años! Hay que imponer regularidad jurídica. Si no se ha logrado que entre el estado de Derecho a verificar: ¿cómo te legitimas para estar aquí sin tener derecho a entrar y mantenerlo como un territorio sin ley?, ¿de qué grupo provienen?, ¿quién les paga por estar ahí? No lo sé, pero tengo que hacer un diagnóstico que me arrojará determinadas opciones. Mi objetivo es el Estado de Derecho y eso va a traer efectos, porque lo que ocurre en la UNAM repercute en el país y viceversa.

 

El diálogo ya se utilizó, la gente no se quiere salir, ¿cómo pretende sacarlos?

 

Si yo fuera la rectora, lo primero que haría sería ver quiénes son, ¿cuál es el perfil?, ¿por qué están aquí?, ¿son extranjeros, son estudiantes, ya terminaron su tiempo en que pueden estar estudiando aquí?, ¿ya se recibieron o les gusta estar en el auditorio? Hay que conocer ese segmento, ver el conflicto. Si el convencimiento no ha funcionado, hacer una consulta entre los estudiantes de la Facultad, pero hay una norma que dice: dejas de ser estudiante cuando ya terminaste tus créditos, ya no eres alumno… entonces, adiós, porque estamos quedando muy mal con el gobierno federal, ya son 16 años. Hay que analizar y si el diálogo no es suficiente, el Estado de Derecho. Nunca la violencia. Si violentaste la norma, te tengo que sancionar: hay un tribunal universitario. Con mucho criterio, pero hay que empezar a ocuparnos en cómo darle salida.