BRASILIA. Los ministros y altos funcionarios del gobierno brasileño ya no podrán viajar en primera clase a costas del Estado.

 

Esa decisión según un decreto firmado por la presidenta Dilma Rousseff y publicado en el Diario Oficial, forma parte de un paquete de iniciativas adoptadas para contener el gasto público en medio de la recesión que sufre el país y establece que los ministros y altas autoridades deberán utilizar la clase ejecutiva en todos sus viajes oficiales.

 

Esa medida completa una decisión anterior, que limitó el gasto de ministros y funcionarios con teléfonos oficiales a 500 reales (unos 131 dólares) por mes.

 

En las últimas semanas, Rousseff también ha rebajado de 39 a 31 el número de ministerios, ha eliminado tres mil cargos de confianza en la administración central y ha reducido en un 10% su propio salario, así como el que reciben el vicepresidente y los ministros.