BOGOTÁ. El fenómeno climático El Niño, que ha hecho de nuevo su aparición en el Pacífico, es especialmente dañino para sus homónimos de carne y hueso, a los que afecta incluso antes de nacer, por lo que la Unicef insta a los países a estar preparados.
Para los niños, El Niño puede significar desnutrición, inseguridad alimentaria, pobreza, abandono, pérdida de su hogar o de la escuela y un mayor riesgo de padecer enfermedades, abusos y explotación, según un informe al que tuvo acceso Efe.
Los que nacen durante o hasta tres años después de un episodio de El Niño pueden incluso medir y pesar menos que los niños nacidos antes o después de ese periodo, según un estudio realizado en 2008 por la Universidad John Hopkins, una de las numerosas fuentes usadas por la Unicef para su informe sobre la situación en Suramérica ante este nuevo episodio del fenómeno climático.
El Niño 2015-2016 está ya en su fase “madura” en el Pacífico Tropical Central y Oriental y su intensidad es “fuerte”, de acuerdo con el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño (CIIFEN), con sede en Guayaquil (Ecuador).
“El consenso de los modelos globales de predicción sugiere que El Niño podría alcanzar su máxima intensidad entre noviembre de 2015 y enero de 2016 y su declinación gradual se produciría durante el primer semestre del 2016”, señala este centro en su último informe.
Hasta hace unos pocos meses la pregunta era si El Niño, que consiste en una elevación anormal de las temperaturas de las aguas superficiales del Pacífico, lo que genera severas alteraciones en el clima que pueden dar como resultado desde inundaciones hasta sequía, efectivamente había vuelto a tomar forma.
Hoy hay señales ciertas de que está afectando ya a una vasta zona de América Latina, no solo la bañada por el Pacífico.
El Niño 1997-1998, considerado el peor episodio del fenómeno en el siglo XX, ocasionó pérdidas estimadas en unos 11.000 millones de dólares en Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, los más afectados en Sudamérica.
En su evaluación de la situación actual, Unicef señala que los países con mayor riesgo en Sudamérica “parecen estar mejor preparados” que en 1997-1998.
Ante un fenómeno como El Niño hay que prepararse con antelación y “mejorar los mecanismos de respuesta ante el desastre”, pero todas las medidas que se tomen para proteger viviendas e infraestructuras y cultivos y rebaños son insuficientes para asegurarse de que no habrá daños, advierte.
En el periodo octubre-diciembre de 2015, según las predicciones que maneja en CIIFEN, hay mayores probabilidades de que llueva por encima de lo normal en México, la costa de Ecuador, el norte y el noroccidente de Perú, la región central y oriental de Paraguay, el sureste de Brasil, Uruguay y el norte de Argentina.
Por el contrario, hay mayores probabilidades de que las precipitaciones estén por debajo de lo normal en Centroamérica, gran parte de Venezuela, norte de Colombia, nororiente y oriente de Brasil, los Llanos Orientales de Bolivia y la zona norte de Chile.
La Unicef destaca que el Foro Económico Mundial ha advertido de que los habitantes de las ciudades de la región están en su mayoría más expuestos a riesgos como los derivados de El Niño, debido a una “pobre planificación urbanística”.
Eso ha permitido seguir construyendo en áreas proclives a las inundaciones y los deslizamientos de tierra, como se hizo patente recientemente en Guatemala, y sin invertir en infraestructura ni transporte.
A juicio de la organización mundial de protección de la infancia y sus derechos, se necesita una respuesta multidisciplinaria para hacer frente al impacto de El Niño en la población infantil.