Aunque recientemente la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano rechazó que capos como Miguel Ángel Treviño Morales Z-40, líder de los Zetas, o Abigael González Valencia “El Cuini” del cártel Jalisco Nueva Generación, fueran trasladados al Cefereso 11 de Hermosillo ante el riesgo del llamado “efecto cucaracha”, la extradición de éste último es un proceso aún pendiente.
A siete meses de su detención, el también cuñado de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, líder del CJNG, no ha podido ser extraditado a los Estados Unidos, donde es requerido por delincuencia organizada, lavado de dinero y contra la salud. Debido a que en México no hay órdenes de aprehensión en su contra y su captura de derivo precisamente de una orden de detención provisional con fines de extradición emitida por la Corte Federal de Distrito de Columbia, Estados Unidos.
En mayo pasado, la jueza novena de distrito en amparo penal del Distrito Federal, María Catalina de la Rosa otorgó la suspensión a quien considerado por las autoridades norteamericanas como uno de los capos más poderoso y ricos del mundo, para frenar cualquier intento de entrega de González Valencia sin mediar un juicio de extradición.
En ese mismo mes, días antes de ser enviado al Altiplano, donde permaneció hasta el 30 de septiembre, El Cuini presentó dos demandas de amparo en contra de las órdenes de aprehensión presuntamente otorgadas por dos jueces federales de Chiapas y Durango.