ZAGREB. Mientras Croacia dejaba entrar a gran parte de los casi diez mil refugiados que se agolpaban en su frontera con Serbia y que habían pasado la noche del domingo al lunes con temperaturas de apenas 5 grados, sin agua, comida, abrigo o ningún tipo de asistencia oficial más allá de los policías que controlan la frontera, Eslovenia se declaró “superada” y pide ayuda a su ejército para manejar la situación.
El pequeño país balcánico de 2 millones de habitantes se vio desbordado por la llegada de casi 20 mil refugiados en las últimas 96 horas. Eslovenia está en la nueva ruta que usan los refugiados, luego de que Hungría cerrara su frontera con Croacia,
“Eslovenia pide a los países miembros de la UE y a las instituciones europeas que tomen parte activa en afrontar este peso de magnitud desproporcionada para nuestro Estado”, señaló el Gobierno del centrista Miro Cerar.
El gobierno se ha visto forzado a cerrar el flujo de llegadas de personas, lo que ha provocado un efecto dominó con atascos en el paso de refugiados en otras fronteras, como la de Serbia con Croacia.
La televisión croata ha mostrado imágenes de movimientos de tropas en la zona fronteriza, con camiones repletos de soldados y columnas que incluyen carros de combate y blindados. Por ahora, se descarta la construcción de una valla a lo largo de los 670 kilómetros de frontera de Eslovenia con Croacia.
Además de la movilización del Ejército, las autoridades eslovenas no descartan otro tipo de “medidas físicas” para mejorar el control de las entradas, aunque erigir una valla a los largo de sus 670 kilómetros de frontera con Croacia se antoja imposible.
Eslovenia, que forma parte de la UE y de la zona Schengen, asegura que solo puede acoger, registrar y llevar a Austria a dos mil 500 refugiados por día. Es esto lo que ha provocado congestión en los otros pasos fronterizos.
Mientras estas discusiones siguen, los refugiados pasan frío y hambre debido a las bajas temperaturas, las lluvias y la falta de ayuda. “La noche pasada ha sido una de las más difíciles. Hemos tenido una afluencia enorme de gente, muchas familias separadas. Personas que llegaban literalmente desnudas y descalzas, empapadas de lluvia”, comentó a los medios la portavoz de la Cruz Roja Croata, Katarina Zoric.
Las ambulancias y los equipos sanitarios tuvieron que atender en esa frontera a varias mujeres embarazadas y niños que presentaban síntomas de hipotermia.