BERLÍN.  El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, lamentó hoy en Berlín que las diferencias en torno al papel del dictador Bashar al Asad en el futuro de Siria sean el único obstáculo en el camino hacia la transición política del país.

 

El secretario de Estado realizó estas declaraciones en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, en la que la violencia en Oriente Medio fue el punto principal de la agenda, junto a la guerra en Siria.

 

Kerry aseguró que todas las partes internacionales involucradas en el conflicto -incluida Rusia- “están de acuerdo” en que desean una Siria “unida” y “pluralística“, que elija a su gobierno y pueda concentrarse en combatir al Estado Islámico (EI).

 

No obstante, la guerra civil en Siria se prolonga de forma indefinida sin avances en el plano diplomático porque “hay algo en el camino que impide avanzar rápidamente” hacia el fin del conflicto y la transición política y “su nombre es Bashar al Asad“, señaló Kerry.

 

El secretario de Estado se mostró esperanzado de que las conversaciones que tiene previsto celebrar mañana en Viena con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y representantes de Arabia Saudí y Turquía contribuyan a abrir el diálogo.

 

Por su parte, Steinmeier consideró que la irrupción militar en Siria complica más la situación en el país árabe y está provocando una nueva oleada de refugiados, que se suman a los millones de sirios que han abandonado su hogar en los ya cuatro años de guerra civil.

 

El titular de Exteriores alemán dijo que la situación en Oriente Medio está “más tensa” que en los últimos años y consideró “difícil” poder acercar a las partes en conflicto.

 

No obstante, siguió determinado a tratar de contribuir con sus esfuerzos diplomáticos a la paz en la región.

 

La ayuda militar rusa a Asad ha hecho entrar a la guerra civil siria en una nueva fase, algo que tomó ayer definitivamente carta de naturaleza con la visita sorpresa del dictador sirio a Moscú, donde se entrevistó con el presidente ruso, Vladímir Putin.

 

Occidente ha criticado las acciones militares rusas en Siria al dirigirse más a combatir a la oposición que al EI, pese a los anuncios de Moscú.

 

 

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