WASHINGTON. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó hoy al Gobierno de Estados Unidos a reconstruir el vínculo entre jóvenes y Policía, en una audiencia pública sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes contra afroamericanos.
La Comisión, que cierra hoy su semana de audiencias públicas, escuchó las denuncias de varias organizaciones civiles sobre la discriminación que sufren los jóvenes afroamericanos en varios ámbitos de su vida, entre ellos en el trato que reciben de la Policía.
La audiencia se enmarca en el actual periodo de sesiones de la Comisión, con sede en Washington, y llega en un momento en el que las muertes de jóvenes negros a manos de la Policía están en el centro del debate en Estados Unidos, tras el fallecimiento del joven Michael Brown en Ferguson (Misuri) hace un año.
“Es importantísimo el vínculo entre el adolescente con las fuerzas del orden. Vemos que, a veces, la Policía solo ve a estos chicos como criminales por su raza, aspecto o edad”, consideró la comisionada Rosa María Ortiz.
Para la Comisión se trata de un problema “multicausal” y “multifacético” y Estados Unidos debe “reconstruir el contrato social indispensable”.
Ortiz señaló asimismo que el “elevado número” de adolescentes privados de libertad no solo conduce a la “crisis del sistema penitenciario”, sino que también lleva a una crisis en la Justicia porque los abogados defensores no “dan abasto” para hacer una defensa caso por caso.
Por su parte, la presidenta del Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos, Kerry Kennedy, afirmó que la discriminación racial “impregna todos los aspectos de la vida estadunidense”.
“El número de muertes de afroamericanos a manos de la Policía, muchos de ellos desarmados, es desproporcionado. Además, las investigaciones sobre la Policía muy raramente acaban en una acusación”, señaló.
Una de las fundadoras de la organización “Mothers Against Police Brutality” (“Madres contra la brutalidad policial”), Collette Flanagan, narró el demoledor golpe que fue para su familia la muerte de su hijo a manos de un agente, cuando iba desarmado.
“Es un terremoto. Perder un hijo a manos de un Policía es un poderoso tsunami que hace pedazos a la familia. En nuestro caso, su abuela murió de un infarto y a todos nos destrozó”, narró.
En su turno de palabra, los representantes del Gobierno de Estados Unidos defendieron que ya se han tomado medidas para abordar este asunto, aunque admitieron que quedan muchos retos pendientes.
“Hemos hecho avances, pero también tenemos retos. Tenemos retos en ciudades de todo el país, como Baltimore, Ferguson, Nueva York, Chicago o Dallas”, sostuvo Zakiya Carr Johnson, directora de la Oficina de Raza, Etnicidad e Inclusión Social para América en el Departamento de Estado.
“Hemos llevado a cabo iniciativas para eliminar los desequilibrios y ampliar las oportunidades. Pero reconocemos la necesidad de hacer más por ellos”, añadió Carr Johnson.