Hace algunas semanas, el diario estadunidense The New York Times publicó un extenso reportaje donde exhibía lo que, de acuerdo a su investigación, representaba la cultura laboral de Amazon, el minorista por internet creado por Jeff Bezos. En el trabajo periodístico entre otras cosas, se presumía que la empresa basada en Seattle, “invita” a los empleados a destruir las ideas de sus compañeros, además de que empleados con cáncer, abortos, y algunas otras situaciones de salud, fueron evaluados injustamente, y por el contrario, presionados a volver a su lugar de trabajo lo antes posible, dado lo intenso del ritmo laboral de la compañía. Las reacciones no se hicieron esperar. Bezos, envió un correo electrónico a todos los empleados de su empresa, pidiendo se aseguraran que lo que el New York Times retrataba, no fuera una realidad. Amazon cuestionó el sesgo del reportaje, así como a su juicio, la imprecisión de la nota. El New York Times se defendió, y hasta ahí vamos.
Sea cual sea el desenlace, la discusión gira en torno a un tema que es de suma importancia para cualquiera que desea imprimir un sello característico a una nueva o una empresa existente: los valores, y la cultura organizacional.
Si revisamos los principios de otras compañías líderes de la innovación, encontraremos aproximaciones también interesantes. Google, por ejemplo, pone como valor máximo, al usuario de sus productos. Por encima de sus beneficios económicos, asegura la compañía, cuando crean un nuevo navegador, una plataforma, sistema operativo móvil, o cualquier otro producto, siempre piensan primero en la experiencia para el usuario. El beneficio de negocio, dice Google, como consecuencia de tener buenos productos. La empresa californiana creadora del popular buscador, cree en el afán continuo de superación, valora el tiempo de los usuarios, y por ende la rapidez que deben tener sus productos, creen en la democracia y la colectividad digital, creen en la publicidad eficaz no intrusiva (hacer dinero, sin hacer el mal, dicen), además de que aseguran que no hay que vestir de traje para ser formal; es decir, promueven un ambiente casual y relajado en vías de promover el trabajo y la creatividad. Finalmente, para la empresa el ser genial, nunca será suficiente.
Los valores y la cultura corporativa de una organización, son críticos para lograr el éxito de la misma. No solo establecen el rumbo, sino ayudan a identificar el tipo de empleado que encaja en la compañía, acotan comportamientos, y, sobre todo, inspiran. A los empleados, o candidatos a serlo, les sirven para identificar el entorno en el que trabajan o trabajarían, y qué tan afín es con sus metas, ambiciones, y su forma de ver la vida laboral. Las empresas de tecnología e innovación, son un buen ejemplo de valores firmes, y bien ejecutados. Su éxito definitivamente no solo se debe al haber creado productos y servicios geniales, sino a la forma en que quienes componen su estructura se comportan.