Bueno, cuando hablamos del comportamiento de los mercados financieros nunca habrá nada que se pueda dar por sentado, porque siempre hay eventos externos que hacen temblar a los inversionistas. Y si no hay ninguno, se lo inventan.

 

Sigue la lluvia de reportes de las empresas que cotizan en los mercados bursátiles estadunidenses y no hay nada cercano a la paz cuando este martes reporta Apple y hay expectativas de qué tal funcionaron sus nuevos productos. También reportará Twitter que tantas dudas genera sobre su capacidad de ser un buen negocio.

 

Tampoco puede ser una semana tranquila cuando en Estados Unidos conoceremos datos como la confianza de los consumidores, el reporte de bienes durables, datos de construcción, ingresos personales y como cereza en el pastel, el Producto Interno Bruto del tercer trimestre en su primera lectura.

 

Ciertamente no pinta como para una semana de vacaciones, a lo más que aspiramos es a esperar el puente que se va a armar el próximo fin de semana. Pero con todo y esta avalancha de información para el resto de la semana, lo más relevante que esperan los mercados es totalmente predecible.

 

Hoy y mañana habrá reunión de política monetaria en Estados Unidos. Una más discreta que las tradicionales que son seguidas por una larga y detallada conferencia de prensa por parte de la presidenta de la Reserva Federal (Fed), pero no por ello menos importante.

 

Una encerrona de dos días para poner sobre la mesa todos los datos económicos que hagan a los banqueros centrales de Estados Unidos decidir si llegó el momento de iniciar el proceso de alza en las tasas de interés.

 

Ahí tendrán a la vista los datos de ocupación y empleo. Seguro notarán que hay un número importante de personas que si bien tienen trabajo, no laboran todas las horas que quisieran y tampoco están en las áreas donde podrían tener mejores calificaciones.

 

De la inflación no tendrán queja alguna. Tienen tatuado en la frente que una de las principales misiones del banco central de EU es mantener a raya los aumentos de precios. El cero que registra la inflación les dará tranquilidad en ese terreno.

 

En todo caso habrá de llamarles la atención que la fortaleza de su moneda se ha convertido en un problema para sus exportaciones, que han perdido competitividad frente a las manufacturas de otros países.

 

Como sea, tampoco está muy activa la competencia externa porque tanto Europa como los países asiáticos, desde China hasta Japón, están en desaceleración o de plano en recesión. Esto también pesa en su toma de decisiones.

 

Entonces, verán la señora Janet Yellen y el resto del comité que toma decisiones que la economía estadunidense está en un proceso de desaceleración y seguro tendrán claro que elevar el costo del dinero es lo que menos necesitaría por ahora su economía.

 

Fuera del bunker de la Fed no son más de 6% los que apuestan por un aumento mañana. Por lo tanto, hay la confianza de que no subirán las tasas de interés.

 

Eso es lo que hace predecible lo que ocurrirá esta semana. Porque como añadidura para nosotros, el Banco de México al día siguiente tomaría exactamente la misma decisión de no mover su tasa de interés de referencia.

 

Así que esta semana, con todo y su carga informativa para los mercados, es una predecible en materia monetaria como muy pocas en los últimos meses que la tensión se ha enfocado en la Reserva Federal.