BRASILIA. Luego de varias idas y vueltas, de asegurar que la oposición intenta derrocarla y que es golpista, y en medio de una crisis económica y política que hace tambalear su liderazgo y el apoyo que consiguió en octubre del año pasado en su reelección, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, admitió en una entrevista con el canal de noticias estadunidense CNN que existe el riesgo de un juicio político en su contra, impulsado por Aécio Neves y otros opositores, al que consideró como una amenaza a la consolidación institucional.

 

“Tenemos que tener mucho cuidado con el “impeachment” porque nuestra democracia es aún adolescente, diría yo”, indicó la mandataria en una entrevista de cinco minutos y que se había realizado el 25 de septiembre en Nueva York, Dilma explicó que “el gran problema con los que quieren mi juicio político es la falta de motivación”.

 

Rousseff también dijo que su gobierno está dando todas las condiciones para llevar adelante las investigaciones de casos de corrupción. Y señaló que en Brasil aún hay una disputa política que no ha terminado después de las elecciones del año pasado.

 

Sobre clan Lula

 

La Policía Federal de Brasil registró la sede en Sao Paulo de la empresa LFT Marketing Esportivo, perteneciente a Luís Claudio Lula da Silva, hijo del ex presidente Luis Inácio Lula da Silva. El registro se enmarca en la operación Zelotes, que investiga sobornos a integrantes del Consejo Administrativo de Recursos Fiscales (CARF), el departamento del fisco encargado de multar a los defraudadores de impuestos.

 

El consorcio de empresas es sospechoso de negociar sobornos con miembros del Ejecutivo para conseguir la firma de un decreto que fue aprobado en 2009 y que concedió descuentos de impuestos a la fabricación de automóviles. El diario O Globo sostuvo que la firma Marcondes & Mautoni, citada como la intermediaria del pago de sobornos, pagó 2,4 millones de reales (1,45 millones de dólares aproximadamente) en marzo de 2011 a la empresa de marketing deportivo del hijo de Lula.