Pese a que la desigualdad disminuyó en la última década, en México el quintil (la quinta parte de la población) más rico obtiene ingresos seis veces mayores que los del quintil más pobre, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su estudio Desarrollo social inclusivo. Una nueva generación de políticas para superar la pobreza y reducir la desigualdad en América Latina y el Caribe.

 

El estudio indica que, en México, durante 2002 el quintil más pobre obtenía 6% de los ingresos totales del país, mientras que en 2013 el porcentaje subió a 6.5%; en cambio, para el quintil más rico descendió el ingreso de 41% a 38% en el mismo periodo.

 

La Cepal indica que si bien la desigualdad en toda Latinoamérica disminuyó entre 2002 y 2013, la diferencia entre ambos extremos de la tabla a finales del siglo pasado era muy alta, por lo que los avances aún son insuficientes.

 

En el estudio se resalta que la mejor llave contra la desigualdad es el trabajo bien remunerado, por lo cual pone especial atención en los indígenas y mujeres, que por su situación socioeconómica tienen mayor dificultad a acceder al mercado laboral en buenas condiciones.

 

Para gran parte de las mujeres mexicanas, la Cepal señala que el problema reside en el número de horas que dedican a trabajos domésticos no remunerados. En promedio, ellas dedican 84 horas a la semana al hogar sin recibir sueldo, en contra de 12 horas dedicadas por los varones.

 

Al dedicar tanto tiempo al hogar, les es imposible encontrar un trabajo remunerado o generar experiencia valorada por el mercado laboral, afectando directamente en sus ingresos.

 

En el caso de la población indígena en México, la desigualdad proviene de una baja tasa de educación superior, ya que en 2010 sólo uno de cada cuatro indígenas de entre 18 y 22 años acudía a la universidad.