La fiscalía de Stuttgart, Alemania presentó hoy cargos contra seis empleados de la empresa armamentística alemana Heckler & Koch en un caso derivado de los rifles encontrados tras la tragedia de los estudiantes de Iguala, Guerrero.
La fiscalía explicó en un comunicado que acusa a estas seis personas de un presunto delito contra la ley de control de armas de guerra y por otro contra la legislación que regula el comercio exterior, mientras que ha archivado la causa contra otros 13 empleados de la compañía.
Los hechos de los que se acusa a estas seis personas tuvieron lugar entre 2006 y 2009, cuando los procesados presuntamente permitieron conscientemente que armas y sus accesorios, cuya venta había autorizado el Gobierno alemán para ciertos estados mexicanos, acabasen en otros lugares con problemas de violencia, como el estado de Guerrero.
La ley alemana prohíbe la venta de armamento a zonas en conflicto y algunos estados federados mexicanos están incluidos dentro de esta clasificación debido a la violencia alrededor del narcotráfico.
Los seis acusados trabajaban entonces para Heckler & Koch y eran, respectivamente, representante de ventas en México, empleada de la filial local y directivos.
La empresa alemana Heckler & Koch vendió unos 10,000 rifles de asalto tipo G-36 a México en 16 envíos distintos.
El comisionado del Gobierno alemán para los Derechos Humanos, Christoph Strässer, visitó México el pasado febrero reconoció que el empleo de armas alemanas en la tragedia de Iguala «no se puede descartar» y pidió «perdón» en caso de que hubiese sido así.
La cámara decimotercera de la Audiencia Provincial de Stuttgart asumirá el caso.