Los mexicanos que viven en EU y que mandan dólares a su país se alegran de aquello que a nosotros nos causa tantas angustias. Ellos, del otro lado, disfrutan ver el dólar a 17 pesos porque saben que los recursos que envían rendirán más a sus familias.

 

Para los grandes números macroeconómicos, las remesas se han convertido en la segunda fuente de divisas del país, por arriba de los alicaídos ingresos petroleros y por arriba de la inversión extranjera directa.

 

Sólo los ingresos por exportaciones manufactureras superan a las remesas en las cuentas nacionales.

 

Pero esos recursos que mandan los mexicanos, principalmente desde EU, tienen algo que no pueden presumir las demás fuentes de entrada de flujos: son los dólares mejor repartidos de la economía mexicana.

 

Las exportaciones manufactureras benefician a las empresas que tienen esas actividades y a su entorno. Los dólares de Pemex si bien caen en la panza del fisco, siempre habrá algunos de esos recursos que se irán a algún inútil gasto corriente que no tenga impacto social.

 

Pero las remesas llegan, menos sus comisiones por envío y tipo de cambio, a las manos de los mexicanos que ven incrementado su poder de compra.

 

La mayor parte va directo al consumo, lo mismo de materiales de construcción para la mejora de la vivienda, que a la pantalla gigante que prepare a las familias para el apagón analógico. Son sinónimo de bienestar para un mercado interno que tiene una combinación virtuosa para su causa: dólares caros sin inflación.

 

De aquel lado, las contrataciones de mexicanos se han estabilizado en los sectores tradicionales de participación: construcción, servicios, preparación de alimentos, agropecuario. La tasa de desocupación de la población latina en EU está en 6.6% de los latinos económicamente activos, cifra más baja del año y por mucho inferior a los niveles superiores a 16% presentados en plena crisis del 2009.

 

En México, los grandes ganadores de la economía son las tiendas de autoservicio y departamentales, así se nota en sus reportes de ventas y así lo dejan ver en el precio de sus acciones en la bolsa.

 

Walmart de México, el líder del comercio al menudeo, reportó un crecimiento en sus utilidades al cierre del tercer trimestre de 21.5%, producto del aumento constante de sus ventas durante varios trimestres consecutivos.

 

Muchos de estos dólares se van a la economía informal, que es difícil contabilizar, pero que también genera beneficios para los que viven de esta actividad.

 

Son más de 18 mil 600 millones de dólares que han llegado a México hasta septiembre pasado y se han pulverizado para fomentar el mercado interno. Van camino a superar los más de 23 mil 600 del año pasado.

 

Lo que sigue es aprovechar esta oportunidad para fomentar un mejor destino para esos recursos.

 

Pero esta temporada de vacas gordas debería aprovecharse para el ahorro y la inversión, para hacer un guardadito, porque la economía se compone de ciclos y sobre todo nadie sabe cuál puede ser el resultado de la contienda presidencial en EU.

 

Podría realmente llegar un personaje radical a la Casa Blanca que le ponga un muro a estos, los dólares mejor repartidos de la economía mexicana.