En México 377 niños viven en la cárcel con sus mamás, situación que los pone en doble riesgo, ya que por un lado los expone a un ambiente de violencia en una etapa clave de su desarrollo, y por el otro carecen de protección institucional al no ser reconocidos como parte de la población de los reclusorios, explicó Saskia Niño de Rivera, fundadora de la asociación civil Reinserta.
Al presentar el Anuario 2015 “Los niños invisibles del reclusorio femenil Santa Martha”, Niño de Rivera dijo que todos los niños que viven en las cárceles nacieron cuando su mamá estaba presa, por lo cual pueden quedarse con ellas, pero como en la legislación no hay un apartado especial sobre ellos, los centros carecen de recursos para atenderlos.
“En México tenemos a 377 niños y niñas que nacieron y viven con sus mamás, en muchos casos estos niños, al no ser parte del presupuestario y no ser considerados como un grupo vulnerable en la Ley General de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, sufren carencias básicas donde la violencia, el maltrato y las malas condiciones penitenciarias prevalecen en su desarrollo”.
Falta de espacios para dormir, jugar, alimentos adecuados para su edad y hasta carencia de ropa son algunos de los problemas que enfrentan. Los recursos también tendrían que ir a la construcción y manutención de espacios especiales para ellos, donde pueda estar lo más alejado posible de la violencia de la cárcel.
Saskia Niño de Rivera explicó que está demostrado que vivir junto a los reclusos conduce a que los menores de edad tengan un desarrollo traumático, que se traduce en conductas violentas, hipersensibilidad en temas sexuales y uso de lenguaje adulto.
Para la senadora Angélica de la Peña, la solución del problema empieza con la nueva Ley de Ejecución Penal. Dicha Ley está con un avance de 85% en comisiones y en ella ya se reconoce a los niños que viven en los reclusorios con sus mamás, por lo que una vez aprobada ya no habrá excusa para no etiquetar recursos para su atención.
Seguirá el problema
Pero la legisladora advirtió que la Ley no va a resolver el problema, ya que en ella se contempla que los niños se puedan quedar con sus mamás hasta los tres años, por lo que el siguiente paso es definir qué hacer con aquellos que salgan de la cárcel.
De la Peña explicó que hoy se desconoce lo que pasa con los niños que abandonan la cárcel, pues no hay un programa de seguimiento. Algunos se van con sus familias, pero otros llegan a una casa hogar e incluso hay casos donde los niños quedan en situación de calle. Por esto debe de quedar claro un protocolo de atención para ellos.