RÍO DE JANEIRO. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, pidió hoy una investigación rigurosa de las causas del accidente del jueves que sepultó con barro y residuos minerales decenas de viviendas en siete distritos de la ciudad de Mariana y dejó al menos un muerto, trece desaparecidos y 530 damnificados.
“Es necesario investigar con rigor las causas y responsabilidades del accidente”, afirmó la jefe de Estado en un mensaje en su cuenta en Twitter y en el que fue su primer pronunciamiento sobre la tragedia en Mariana, ciudad en el estado de Minas Gerais (sudeste).
El accidente ocurrió en la tarde del jueves y fue provocado por la ruptura, por causas aún desconocidas, de los diques de dos depósitos en que una mina de hierro arrojaba sus residuos minerales y el agua usada en los procesos industriales.
La ruptura generó una avalancha de 62 millones de metros cúbicos de residuos minerales y de agua, que destruyó o sepultó todo lo que encontró a su paso a hasta unos 62 kilómetros de distancia.
La mayoría de los habitantes de las poblaciones afectadas logró huir a tiempo antes de ser barridos por la riada gracias a que la ruptura de los diques alcanzó a ser vista o escuchada por los vecinos y pese a que ni la empresa ni la alcaldía disponía de sistemas de sirenas o de alerta en caso de accidentes del tipo.
“Le ofrezco mi solidaridad a las víctimas y sus familiares“, afirmó Rousseff en otro de los mensajes en referencia a los empleados de la mina, uno de los cuales murió y otros trece están desaparecidos, y a las cerca de 530 personas que perdieron sus viviendas.
La mandataria aseguró que el Gobierno mandó al lugar de la tragedia a primera hora de este viernes a su ministro de Integración Nacional, Gilberto Occhi, y que colocó a las Fuerzas Armadas y la Defensa Civil Nacional a disposición para auxiliar en las operaciones de rescate y en las tareas de atención a las víctimas.
La presidenta dijo haber recibido “con pesar” la noticia del accidente; anunció medidas para que los damnificados puedan reconstruir sus viviendas y destacó el “espíritu de solidaridad del pueblo brasileño, que ha enviado alimentos y ropas a los damnificados”.
Los depósitos de residuos minerales vaciados pertenecían a la empresa Samarco, cuyo control es compartido por la brasileña Vale y la australiana BHP, dos de las mayores mineras del mundo.
El presidente de la minera, Ricardo Vescovi, señaló que la empresa aún no conoce las causas de la ruptura de los diques y que los depósitos fueron revisados pocas horas antes del accidente, luego de que se sintieran un temblor en la región.
La empresa aseguró que una fiscalización realizada por órganos oficiales en julio de 2015 no encontró ninguna falla en la seguridad de las barreras de contención y subrayó que la compañía también realiza inspecciones periódicas.