Parejas jóvenes de clase media-alta viviendo aún con sus padres, todos los estilos: hipster,skate, punk, llenos de satisfacciones inmediatas. Familias efímeras, nuevos roles sociales del padre y la madre, familias del mismo género, entre otras modalidades, son los nuevos estereotipos familiares y sociales a los que se enfrentan los niños producto de los millennials y que ahora modelan una nueva sociedad, por supuesto más compleja de lo que se puede imaginar.
Una parte de la sociedad mexicana no está preparada para estos nuevos modelos de familia, tanto los tradicionalistas y en sí, las mismas nuevas parejas, trayendo consecuencias graves como elbullying; acoso en redes sociales, falta de autoestima, miles de depresiones por divorcios (según datos del INEGI, los divorcios en México aumentaron 22.8 por ciento entre 2011 y 2013. La mayoría son solicitados por las mujeres, pero prevalece el mutuo consentimiento como la causa principal) y un largo etcétera en aumento.
El principal problema es que gran parte del sector juvenil actual, de edades que comprenden entre los 25 y 35 años, crece en una generación que no los prepara ante “la frustración de la no obtención del placer y los resultados inmediatos” término psicológico por definición (para nosotros como psicólogos es favorable, ya que nuestros ingresos aumentan de la mano con cada paciente). Debido a esto, nuestro entorno se está construyendo sobre la idea de que “todos somos merecedores de todo a cambio de nada” y este es un tema muy importante al tratar de visualizar el futuro de la sociedad en nuestra ciudad.
El factor psicológico en el “pretencioso” análisis de nuestra vida social, se va adaptando día a día. Hace 20 años los principales motivos de consulta eran los problemas de pareja, la depresión y las adicciones. Hoy las principales razones por las cuales nos visitan en la terapia, radican en buscar una motivación para vivir, aliviar los síntomas de una ansiedad generalizada, reducir el estrés, niños sin límites y problemas que tienen que ver con la frustración y la no obtención de la felicidad.
A pesar de estos nuevos modelos sociales y su notable crecimiento, la conclusión a la que hemos llegado muchos psicólogos, terapeutas y demás especialistas del comportamiento en la capital del país, es que el gran porcentaje de la sociedad actual no está capacitada para adaptarse de forma inmediata a estos roles y formas. Este proceso va a ser lento y duro, lo ideal es que al obtenerse los derechos legales de todas las formas posibles y no bizarras de estilos nucleares de familia, la aceptación y normalización fueran de la mano, lamentablemente sabemos que no es así. Va a estar cabrón, pero es un trabajo de muchos factores frenar las consecuencias negativas ante la nueva sociedad millennial.
