WASHINGTON. El gobierno estadunidense divulgó esta semana el texto íntegro del ambicioso y controvertido Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), entre doce países de la región como Japón y México, que aún debe ser aprobado por el Congreso para ser ratificado y que ha vuelto a agitar el debate dentro de EU.
La Casa Blanca y el propio presidente de EU, Barack Obama, han destacado que el acuerdo será muy beneficioso para los exportadores estadunidenses, ya que unas 18 mil tasas arancelarias que enfrentan ahora se verán reducidas prácticamente a cero.
Del acuerdo, que debe ser aprobado en los parlamentos de las naciones firmantes para entrar en vigor, forman parten EU y Japón -primera y tercera economía mundial, respectivamente-, junto con Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
En EU el pacto ha sido atacado por sindicatos y grupos medioambientales, así como por candidatos a suceder a Obama en la presidencia del país en las elecciones del próximo año, especialmente desde el bando demócrata.
El demócrata Bernie Sanders, senador por Vermont, fiel opositor al acuerdo señaló tras la divulgación del texto completo de más de dos mil páginas que “es incluso peor de lo que pensaba”.
Sanders aprovechó la ocasión para lanzar una pulla a su rival demócrata, Hillary Clinton, que recientemente cambió de opinión al expresar su oposición al TPP después de haberlo calificado, cuando era secretaria de Estado, el “patrón oro” de los acuerdos comerciales.
“El pacto propuesto no es, y nunca lo ha sido, el patrón oro de los acuerdos comerciales”, aseguró Sanders en un comunicado, quien se encuentra detrás de Clinton en los sondeos.
Desde el bando republicano, la postura es menos beligerante con precandidatos como Ben Carson o Jeb Bush defendiendo el pacto, mientras que otros como Donald Trump lo han criticado abiertamente.
“El TPP es un ataque a las empresas estadunidenses. Es un acuerdo terrible”, afirmó el polémico magnate inmobiliario, que lidera junto con Carson las encuestas para las primarias republicanas, en su cuenta de Twitter.
Las economías que forman parte del acuerdo, que no incluye a China y forma parte del giro hacia Asia defendido por Obama, suponen cerca del 40 % del Producto Interior Bruto (PIB) global.
Tras la divulgación del texto íntegro, se inicia un proceso de revisión del pacto de 90 días, antes de que el Congreso pueda someterlo a votación.
Obama logró hace unos meses que el legislativo estadounidense, de mayoría republicana, aprobara la Autoridad de Promoción de Comercio, de manera que el Congreso solo pueda aprobar o rechazar el pacto.
Precisamente, el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, el republicano por Wisconsin Paul Ryan, se mostró cauto y señaló que todavía necesita revisar con profundidad el acuerdo antes de someterlo a votación.
“La aprobación del TPP requerirá que la Administración explique de manera completa sus beneficios y qué significará para las familias estadunidenses“, dijo Ryan en un comunicado.
No obstante, agregó que está “esperanzado de que nuestros negociadores alcanzaron un acuerdo que la Cámara puede respaldar porque un TPP exitoso significaría más buenos empleos para los trabajadores estadounidenses y una mayor influencia de EU en el mundo”.
Por su parte, la mayor asociación sindical de EU, la AFL-CIO, ha cargado contra el pacto comercial.
“Tras seis largos años, el secreto ha concluido. Por lo que he podido ver hasta ahora, estamos profundamente molestos al comprobar que nuestras recomendaciones en los sectores medioambiental, consumo, salud pública, empresarial y desarrollo global han sido mayormente ignorados”, dijo Richard Trumka, presidente la federación sindical.