RÍO DE JANEIRO. Las autoridades del estado brasileño de Minas Gerais reconocieron que es cada vez más difícil encontrar con vida a las 28 personas desaparecidas tras el alud de lodo y residuos minerales que arrasó el jueves con siete poblados de esa región del sureste del país.
Durante una rueda de prensa en Mariana, la ciudad más afectada por la riada, que ocurrió por la ruptura de dos diques en un complejo minero de la empresa Samarco, el gobernador Fernando Pimentel reconoció que “difícilmente” se podrá encontrar con vida a los trece trabajadores de Samarco que fueron arrastrados por la riada, aunque afirmó que aún queda “esperanza” de localizar a alguno de los quince habitantes de la zona cuyo paradero es desconocido.
“A medida que el tiempo va pasando, la esperanza va disminuyendo”, lamentó el mandatario. Hasta ahora, las autoridades han confirmado la muerte de dos personas, uno de ellos un trabajador de Samarco que falleció de un infarto y el otro, todavía sin identificar, es un hombre hallado el sábado en el río Doce a unos 100 kilómetros de la mina.
El poblado más afectado, Bento Rodrigues, que depende administrativamente de Mariana, fue prácticamente borrado del mapa, pues la avalancha destruyó 158 de las 180 casas que lo componían y las 22 viviendas restantes, aunque quedaron en pie, sufrieron cuantiosos daños.