En anteriores ocasiones, he hablado extensamente de La Fundación Mexicana para la Salud Hepática (léase David Kershenobich, director de Nutrición, y Antonio Ariza Alduncin, CEO de la fundación), que es una organización sin fines de lucro que surgió en 1998. Fue creada por un grupo de personas preocupadas por el desarrollo de los problemas de hígado y la percepción de revertirlo. Y claro, la idea surgió de don Antonio Ariza Cañadilla (qepd) y el propio David Kershenobich Stalnikowitz, quienes trabajaron por darle vida a FundHepa. Kershenobich es el único médico –hoy en día, junto con Wolpert, Dehessa y otros médicos– que ha curado o controlado casos de cirrosis.
Ahora, fui al Museo Sebastián, donde presentaron un concierto (“Noches de Boleros”, a cargo, de Eugenia Garza y Carlos Alberto Pecero). O sea, llegué al cóctel, luego me divertí en el concierto y, finalmente, hubo otro cóctel-exposición, donde se exhiben cuadros y cientos de fotos sobre la vida de Sebastián y su amistad con figuras mundiales. Lucía Brown atendió y recibió a todo mudo con su excelente protocolo y particular empatía.
Cuando Ariza y Kershenobich encabezaron la iniciativa de crear esta fundación fue con la idea de qué hacer para que los grandes avances de la medicina llegaran a la sociedad en su conjunto. En el año de 1997, la hepatología vivía momentos trascendentales, en parte debido al reconocimiento de que la causa principal de la cirrosis hepática –enfermedad que provoca un alto índice de muertes entre la población mexicana adulta– era la hepatitis tipo B y tipo C. Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud empezaba a recomendar la vacunación universal para prevenir la hepatitis B y los trasplantes de hígado dejaban de ser sólo un tema de investigación, para convertirse en una alternativa terapéutica con excelentes resultados. Hoy en día, existen varios medicamentos que curan completamente la Hepatitis C, detectada a tiempo.
El 28 de octubre de 1998, el entonces secretario de salud doctor Juan Ramón de la Fuente, presidió la ceremonia de inicio de las labores de la Fundación Mexicana para las Enfermedades Hepáticas. Esta labor se lleva a cabo gracias al compromiso generoso de empresas, instituciones y amigos comprometidos por lograr una mejor salud hepática en la sociedad mexicana.
Así que una vez más, FundHepa reunió a todas aquellas personas que han contribuido con el crecimiento de la fundación a través del cóctel –concierto (2015) para celebrar todos estos años de esfuerzo y trabajo. En esta ocasión la cita fue en la Fundación Sebastián, donde nos encontramos con Lucía Brown, Vicente Ariztégui, Ricardo Pozas Horcasitas, Enrique Sánchez, Rafael Bernal y Juana Cusi de Bernal, Tere Ariza con varias de sus hijas, Almudena, Isabel Pilar; entre otros. Aunque el hígado puede enfermarse también por otras causas, tiene tres enemigos principales, que son las hepatitis virales no diagnosticadas, la obesidad y el consumo nocivo de alcohol. La buena noticia es que ¡todas ellas se pueden prevenir!
La acumulación excesiva de grasa en el cuerpo es peligrosa para el hígado que también la acumula y enferma en consecuencia. Alcanzar y/o mantener un peso adecuado para la talla y hacer ejercicio regularmente es una forma de cuidar a tu hígado.
Entre los boleros que escuché se encuentran “Los pájaros perdidos” (Astor Piazzolla), “Piensa en mí” y “Arráncame la vida” (Agustín Lara), “Cuando vuelva a tu lado” (María Grever), “Contigo en la distancia” (César Portillo), “Cómo fue” (Ernesto Duarte Brito), “La Puerta” (Luis Demetrio), “El reloj” (Roberto Cantoral), “Contigo aprendí” (Armando Manzanero) y “Sabor a mi” (Alvaro Carrillo).
Trattorias y feudos culinarios al por mayor
Me tocó ahora otra invitación del grupo Adamantium (Bec, Loggia, Comensal, La Única, Vesuvio y ahora abrirán Locanda), que tiene muchos espacios, y profesionales como Marco Valentini, Carmen Escalante, Fedra Villagrán, a las cuales no les falta olfato para agradar a todos los críticos y comensales. La mayor parte de sus restaurantes ofrece comida mediterránea con toques mexicanos, postres europeos, buenas cavas de vino, atención esmerada y un sinnúmero de espacios que han abierto por la Ciudad de México, además de que piensan extenderse por la República Mexicana y, posiblemente, en el extranjero.
Por ende, abundan las pastas, antipastos, ensaladas, sopas (ministrone y crema de espárragos), risottos, ravioles (Tagliatelle a formaggi y ravioli di Manzo), spaghetti Primavera, y otros platos como el salmón de crema di Gamberi; escalopas al limón; Bistecca di Rib Eye; Tagliata diTonno, lasagna napolitana, provolone affumicato al forno, y para acompañar delicias de sus menús, papas al horno con romero; arroz arborio con parmesano y mantequilla; mezcla de lechugas; pizzas como la Margherita, Diavola, Calzone, Polanquita y Reale; especialidades como pizza rellena de mozarella; pizza Stella Vesuvio, y postres como torta di frutti Misti, Tartufo; profiteroles, Graffe con la nutella y Tierno de chocolate.
Valentini, Carmen Escalante y Fedra Villagrán informan que los precios promedios pueden variar desde los 450 hasta los 600 pesos mexicanos, que no incluyen botella de vino. La Loggia y El Comensal se ubican en Emilio Castelar; Bec, en Polanquito, La Única (donde hemos visto a Pedro Torres, Olegario Vázquez Aldir, Margarita Sotomayor, Eduardo Ymay, entre otros), en Anatole France 98), y el Vesuvio, en Agua y Fuentes del Pedregal. La calificación que le doy a todos es de 8.8 Y Hasta la próxima, ¡abur!