Desde su publicación en 1943, El Principito se ha convertido en uno de los libros más publicados, traducidos y queridos no sólo del Siglo XX, sino de la historia en general. Escrito por el aristócrata, poeta, escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, es el tercer libro con más traducciones en el mundo, y fue votado como el mejor libro del siglo pasado en Francia.

 

Su lectura es obligada, pues su historia llena de momentos de soledad, amistad, amor y pérdida ha tocado los corazones de millones de personas, pero curiosamente en el cine ha tenido sólo dos películas que han destacado. La primera es la versión de 1974, filmada en acción viva y dirigida por el legendario Stanley Donen, con un elenco que incluía a Bob Fosse y Gene Wilder; y la segunda es la actual versión animada dirigida por el estadunidense Mark Osborne, responsable de Kung Fu Panda (2008), La Película de Bob Esponja (2004) y More (1998), donde dirigió a Salma Hayek.

 

En entrevista, Osborne comparte cómo fue el proceso para llevar a a la pantalla grande su visión de la obra de Saint-Exupéry.

 

“El secreto del éxito de El Principito es que conecta con el público, pues su historia tiene un sentido muy profundo de lo intemporal, la amistad, el amor, la pérdida, la niñez y el paso a la madurez, situaciones por las que todos hemos pasado. De hecho, evoca la niñez en cada adulto que lo lee, por lo que creo que en realidad está escrito para los adultos”, señala Osborne, quien agrega que su idea siempre fue captar el mundo y el espíritu en el que vive el héroe de la historia.

 

El Principito, el libro, forma parte de la vida de muchas personas, pero no creí que fuera posible hacer una película del contenido original, pues cada personas tiene a su propio Principito en el corazón y la mente. El extender la historia en el filme tiene el propósito de rendir tributo a la interpretación que cada quien hace de sus personajes. Así que alrededor de la historia original añadimos una nueva, pero que es fiel al espíritu y mensaje originales”, aclaró.

 

Por esa razón, comenta, es que incluso algunos personajes del libro no aparecen en el filme, pues la idea era centrar la atención en la historia de la pequeña niña.

 

“Tiene la intención también de animar a la audiencia a que se acerque al libro si es que nunca lo ha leído, o que lo vuelva a leer y disfrutar como cuando lo hizo por primera vez”, asegura el cineasta.

 

Con resonancia actual

 

Uno de los temas principales que trata el filme es la relación entre la niña y su madre, quienes viven una especie de educación mecanizada, y de cómo El Principito ayuda a la pequeña a descubrir un mundo que, de otra manera, no podría haber conocido.

 

“Creo que es un problema global, en el que los padres o ya no le ponemos atención a nuestros hijos o los tratamos de educar de una manera sistematizada, mecánica. Pero muchas de estas cosas están basadas en las propias experiencias de niñez del autor, que en muchos sentidos son similares a las de ahora. Queremos que nuestros hijos salgan bien en sus estudios, pero también tenemos que dejar que liberen su imaginación”, afirma.

 

Acerca del por qué presentar las escenas del Principito con animación de stop-motion, mientras que el resto están presentadas en animación digital, Osborne comenta:

 

“Me encanta la animación en stop-motion, pues es la fuente de mi imaginación cuando era niño y me ponía a jugar todo el día con mis muñecos de Star Wars. Creo que esta técnica le da al filme un sentido artisanal, poético, de mucho sentimiento. Al cambiar durante el filme de animaciones, la audiencia va teniendo una experiencia emocional diferente. Esa fue la razón por la que elegimos el stop-motion”.

 

Finalmente, el cineasta comenta qué fue lo que lo llevó a alejarse de Hollywood después de haber cosechado un gran éxito con Kung Fu Panda.

 

“Particularmente, quería hacer producciones independientes, trabajos más personales, en los que pudiera explorar las fronteras de la animación. Yo quería trabajar con stop-motion, pero los estudios no. Por eso aunque después de Kung Fu Panda me ofrecieron estupendas oportunidades de trabajo en otras cintas animadas, preferí El Principito por ser una expresión más personal. Y creo que logramos un filme muy emotivo que todos, desde chicos hasta grandes, van a disfrutar”, concluye.

 

Voces de alto calibre

 

Uno de los atractivos que tiene el filme, en su versión original en inglés, es el elenco que presta su voz a los diferentes personajes de la historia, entre los que destacan Rachel McAdams (Mamá), Paul Rudd (Principito), James Franco (Zorro), Marion Cotillard (Rosa), Benicio del Toro (Serpiente) y Jeff Bridges (Aviador).