PARÍS. En un inusual discurso ante diputados y senadores reunidos de manera excepcional en Varsalles, el presidente francés Francois Hollande volvió a subrayar que “Francia está en guerra”. Anunció que no habrá tregua para el Estado Islámico. “Vamos a intensificar los ataques en las próximas semanas”, dijo. Y propuso extender el estado de emergencia por tres meses para “facilitar” la lucha contra el terrorismo.
“Los autores de esos atentados deben saber que Francia ha derrotado a adversarios más temibles que estos cobardes asesinos”, aseguró Hollande ante el Parlamento, en un discurso que buscó unidad política en momentos de crisis y donde pidió a su pueblo “sangre fría”, pero que anunció una intensificación de los ataques en Siria, “la principal fábrica de terroristas del mundo”.
Atacado por la oposición conservadora, que había criticado la inactividad del Ejecutivo frente al terrorismo, Hollande desgranó un arsenal de medidas para afrontar este combate y garantizar la seguridad de una población y se presentó como un jefe militar dispuesto a vengar la herida sufrida por Francia -“un atentado planificado en Siria y organizado en Bélgica”-, pero también como el portador de un mensaje de seguridad para una población que duda.
Pocas horas después de que aviones franceses destruyeran un centro de comando del EI en Siria y un campo de entrenamiento de yihadistas, Hollande anunció que Francia no descansará hasta “derrotar” al grupo terrorista. Para ello, triplicará la capacidad operativa de Francia en la zona con el envío de su buque insignia, el portaaviones Charles de Gaulle, que zarpará el próximo miércoles. De esta forma, queda en suspenso la reducción de nueve mil 200 militares prevista para 2019.
Además, Hollande se reunirá en los próximos días con los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, para que unifiquen sus esfuerzos en una “única coalición internacional” en Siria e impulsará una resolución contra el EI en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La ofensiva militar irá acompañada de un blindaje interior, que comenzará con la petición de “controles sistemáticos y coordinados” de la entrada de inmigrantes a Europa y la creación de un fichero europeo de pasajeros aéreos (PNR) antes del final de año.
El presidente anunció una reforma constitucional que lo adapte a los nuevos tiempos y respete las libertades fundamentales. “Tenemos que hacer evolucionar nuestra Constitución para permitir a los poderes públicos actuar, respetando el Estado de derecho, contra el terrorismo de guerra”, aseguró.
Además, propondrá un endurecimiento de la legislación para poder retirar la nacionalidad a los binacionales que comentan delitos terroristas, impedir la entrada en Francia a quienes representen un riesgo, expulsar de forma “más rápida” a los que supongan una amenaza y aumentar las penas por tráfico de armas.
En paralelo, se incrementarán los efectivos de seguridad. Hollande, que tras su llegada al Elíseo anunció la creación de cinco mil puestos de gendarmes y policías, aseguró hoy que se crearán otros tantos en los dos próximos años, a los que añadirán dos mil puestos en el ámbito de la justicia y mil en las aduanas.