BRUSELAS. El gobierno de Bélgica ha sido duramente criticado por su ineficacia en la lucha antiterrorista y por servir de refugio de islamistas radicales. El primer ministro del país, el liberal Charles Michel admitió el problema: “no tener bajo control” el barrio de Molenbeek, de donde han salido o donde se han refugiado los terroristas de París, pero también los autores de casi todos los grandes ataques de los últimos 15 años en suelo europeo.

 

Para hacer frente al terrorismo, Michel anunció una serie de propuestas que prevé incluso un cambio en la Constitución de este país lo que permitirá efectuar registros y redadas las 24 horas del día. Por increíble que parezca, hasta ahora, en Bélgica, no se podían llevar a cabo este tipo de operaciones entre las 21.00 de la noche y las 05.00 de la mañana.

 

Entre las medidas más restrictivas Michel propuso que los yihadistas retornados vayan “directamente a la cárcel” y ampliar la detención preventiva de 24 a 72 horas, lo que plantea una modificación en un artículo de la Constitución, así como a una partida extra de 400 millones de euros en el presupuesto de 2016.

 

También pide activar el registro de datos de pasajeros aéreos (PNR, en sus siglas en inglés), sin esperar a que la Unión Europea (UE) lo apruebe. Las bases de datos PNR, creadas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, existen ya a nivel nacional en otros países comunitarios como Reino Unido, Italia, España, y su aprobación a nivel europeo se discutirá hoy en el consejo extraordinario de ministros de Interior y Justicia de los Veintiocho.

 

Bélgica es el segundo país con más nacionales que han viajado a Siria, después de Francia, y el primero en número por habitantes, con 828 presuntos yihadistas identificados por el Órgano de Coordinación para el Análisis de las Amenazas (OCAM).

 

Michel propone efectuar más controles policiales en las fronteras, el despliegue de 520 militares para reforzar la seguridad y la revisión del código de instrucción criminal, con nuevas tecnologías y métodos de investigación.

 

Propuso que las personas fichadas por los servicios de análisis lleven un brazalete electrónico o medidas concretas para identificar posibles yihadistas, como el “fin del anonimato” de las tarjetas de móvil prepago, la ampliación de la red de cámaras de reconocimiento de matrículas o el cierre de páginas de internet “que predican el odio”.

 

La policía belga realizó este jueves ocho registros antiterroristas, dos de ellos en los barrios de Laeken, al noroeste de Bruselas, y de Jette, que estaban directamente relacionados con los atentados. Otros seis se efectuaron en viviendas de amigos y familiares de uno de los kamikazes del Estadio de Francia, Bilal Hadfi, un francés de 20 años que vivía en Bélgica y que se inmoló allí el pasado viernes.