Nuevo León.- “No ha tenido encuentro alguno con Juan Velásquez, eso es una mentira”. Así negaron -los cercanos al ex gobernador Rodrigo Medina de la Cruz– una serie de reuniones entre el ex mandatario y el famoso penalista.

 

Pero el alumno más aplicado de Natividad González Parás y los que lo acompañaron en la aventura de gobernar la entidad deberían de buscar no solamente a un abogado, sino contratar los servicios de una serie de despachos, porque cada día que pasa se documentan irregularidades que podrían llevarlos hasta la cárcel.

 

El Bronco, a pesar de su particular estilo de hacer política a través de las redes sociales, ha tenido encuentros con los principales secretarios del gabinete que encabeza Enrique Peña Nieto, y quizá la buena relación del norteño con el titular del Ejecutivo federal le salvará el pellejo al verdadero derrotado en las elecciones estatales: don Rodrigo.

 

Sonora.- Pero quien no se salvará es el ex gobernador panista Guillermo Padrés Elías. En las próximas semanas se informará un paquete de desvíos, irregularidades, faltantes y demás corruptelas.

 

Se sabe que el gobierno de la priista Claudia Pavlovich interpuso una denuncia administrativa y penal ante la Contraloría General y la Fiscalía Especializada en Hechos de Corrupción, respectivamente, contra ex funcionarios de la Dirección General de Auditoría Fiscal.

 

Un día antes, el Servicio de Administración Tributaria tomó el control de la fiscalización de aquella entidad, el cual mantendrá hasta el último día de este año, luego de comprobar irregularidades en el cobro de impuestos que beneficiaron a 574 contribuyentes por un monto de mil 707 millones de pesos.

 

La decisión del SAT ocurrió después de la revisión de 30 expedientes relacionados con auditorías fiscales hechas a empresas establecidas en aquella zona del país.

 

Según el SAT, los ex funcionarios de Hacienda estatal perdonaron a empresarios, políticos y familiares del ex gobernador Padrés cerca de mil 500 millones de pesos en impuestos federales.

 

Entre los empresarios involucrados están Javier Gándara Magaña, ex candidato del PAN al gobierno del estado, al igual que Miguel Padrés Elías, hermano del ex mandatario sonorense.

 

También Ramón Corral Ávila, ex comisionado de Pesca y ex dirigente del PAN; Luis Erasmo Terán Balaguer, ex titular de la oficina del entonces gobernador del estado; Mario Aguirre, dueño del centro ExpoForum, involucrado en un soborno de tres millones de dólares, que presuntamente pagó al hermano del entonces gobernador del PAN, quien a cambio consiguió al empresario un contrato por 800 millones de pesos para la confección de uniformes escolares, y Agustín Rodríguez, ex secretario particular de Padrés y actual diputado federal.

 

Por si fuera menor el problema de los azules del norte, el propio ex gobernador ordenó amañar la auditoría fiscal hecha a la empresa Rancho Pozo Nuevo, propiedad de Guillermo Padrés Dagnino. El rancho, además, es investigado por la Conagua, ya que construyeron en ese predio, de manera ilegal, una presa cuyo costo se estima en 80 millones de pesos.

 

Y si eso no fuera suficiente, el grupo compuesto por Padrés-Agustín Rodríguez-Jorge Morales Borbón (ex secretario de Comunicación)-Terán Balaguer, por meter a su delfín a las oficinas que ocupaba, coordinó una campaña de desprestigio contra el presidente Peña Nieto, los secretarios Osorio Chong, Luis Videgaray Caso, José Antonio Meade, Rosario Robles Berlanga, Ildefonso Guajardo, Gerardo Ruiz Esparza, Emilio Chuayffet (en aquel entonces titular de la SEP), Alfonso Navarrete, Jesús Murillo Karam (en aquel entonces titular de la PGR) y Aurelio Nuño Mayer (en aquel entonces jefe de la Oficina de la Presidencia de la República).

 

Obviamente, los misiles, que no fueron suficientes, iban contra la única dama en la Conago, Claudia Pavlovich y contra el hoy presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones y la hoy diputada Sylvana Beltrones.

 

La cereza en el pastel, sabor fracaso, es que el Comité Nacional del PAN no meterá las manos por Padrés y su equipo, ya que también durante su mandato traicionaron. A nadie debe de sorprender entonces que nadie de los azules salga en su defensa.

 

¿Correrá la misma suerte Guillermo Padrés que Jesús Reyna, Andrés Granier, Luis Armando Reynoso Femat, Mario Villanueva, Pablo Salazar Mendiguchía, Narciso Agúndez y Tomás Yarrington?