PEKÍN. Una universitaria ha logrado que el Gobierno chino responda hoy ante la justicia por los libros utilizados en su sistema educativo que consideran la homosexualidad un “trastorno mental”, en un caso “histórico” para un colectivo que sigue estando estigmatizado en el país.
Qiu Bai, el pseudónimo utilizado por la estudiante lesbiana de 21 años, ha reabierto un debate olvidado en China, al llevar a los tribunales al Ministerio de Educación por mantener material escolar que “hace daño” a los homosexuales.
En su demanda, la joven pide que ese material sea eliminado para que “nadie más tenga que sufrir el estrés psicológico” por el que ella pasó cuando, al sentirse atraída por una compañera de universidad en su primer año de carrera, acudió a la biblioteca en busca de respuestas. Lo que allí encontró, le aturdió más: libros de psicología y medicina en los que se consideraba la homosexualidad como “una enfermedad que se podía curar”.
“Llegué a ir al psicólogo, me sentía en lucha conmigo misma”, explicó a la salida del tribunal intermedio de Pekín donde ya ha ganado una batalla en el camino hacia la igualdad.
“La acusación no es el fin, el objetivo es resolver el problema, que el Ministerio de Educación haga algo para borrar los contenidos que demonizan a los homosexuales”, aseguró.
Desde que su demanda fuera aceptada por un tribunal pequinés, en agosto pasado, su caso ha reabierto un debate del que se han llegado a hacer eco los medios oficiales del país.
El juez decidirá ahora si prosigue el proceso, pero la universitaria considera que, a pesar de la vaga respuesta del gobierno, se ha dado “un paso adelante” en la lucha contra el estigma que aún pesa sobre ellos.
“Es un caso fácil en términos legales, pero no se puede asegurar que el Ministerio acabe borrando el contenido”, afirmaba cauto su abogado, mientras los amigos y seguidores de la “valiente” Qiu ya celebraban su éxito: poner sus derechos sobre la mesa.