El asteroide Chicxulub no logró impactar la Tierra. Los dinosaurios aún habitan el planeta, en medio de verdes y montañosos paisajes. En ese mundo, donde los humanos se comportan como animales y los reptiles administran granjas, el pequeño Arlo, un Apatosaurio de 11 años, vencerá sus temores, falta de destreza y habilidad, para vivir una aventura única junto a su “mascota” Spot, un niño humano salvaje y muy rudo.
En su nueva película, Un gran dinosaurio, Pixar Animation Studios vuelve apostar por una historia en la que la madurez, la familia, la amistad y la aventura son protagonistas, con la peculiaridad de que, ahora, el dinosaurio cuenta con rasgos humanos y los hombres, animales.
“Al principio simplemente se trataba de divertirnos, pero se volvió interesante cuando volteamos los roles. ¿Qué pasa si el dinosaurio se siente como nosotros? Y el concepto de lo que eso significa. Con Arlo esta es una situación en su vida, en el que encuentra a un ‘animal’, que no habla, pero le enseña a avanzar en algo que resulta muy importante y emotivo”, aseguró Peter Sohn, director de la cinta, en entrevista con 24 HORAS.
La historia fue creada para que, a través del protagonista, el público se identificara con las dificultades, problemáticas y crecimiento emocional que exige la vida. “Se trataba de ser honestos respecto a lo que es el mundo. Es decir, madurar, ponernos a prueba de todo lo que tiene que pasar en la vida y lo duro de ésta”, comentó.
Pese a su similitud con otras historias como El rey león, Sohn aseguró que esta estructura mantiene su atractivo porque, además de mostrar la importancia de los valores, es fácil de entender, por tratarse de una animación.
“Este tipo de películas funcionan en muchos niveles. La idea de crecer y entender cómo puedes sobrepasar las cosas que te atemorizan es importante para cualquiera. Yo siento que, como niño, tienes miedo de hacer cosas y está bien sentir temor, pero hay forma de sobreponerse. Como como adultos, hay muchos temores que nos paralizan, hay cosas pequeñas y grandes que tratas de encontrar la verdad en ellas”, afirmó.
Para la realización de este largometraje el equipo de producción, encabezado por Denise Ream, realizó una expedición a Wyoming, al noreste de Estados Unidos, con el fin de capturar escenas de referencia para crear el “imponente” paisaje en el que se desarrolla la aventura de Arlo y Spot. Un gran dinosaurio es el primer filme en el que las nubes son móviles y dimensionales.
“Terminamos utilizando mucha información del US Geological Survey (Servicio Meteorológico de Estados Unidos) con mapas topológicos que nos ayudaron a tener la imagen y entorno expansivo que deseábamos. Queríamos una película que reflejara lo que sentimos cuando estuvimos en Wyoming, que la naturaleza se sintiera muy hermosa, pero amenazante”, afirmó Ream, en entrevista con 24 HORAS.
Tras la investigación, el equipo creativo decidió que la película tendría un mayor peso en lo visual que en los diálogos. “Hicimos las selecciones creativas de no tener mucho diálogo y palabras. Decidimos que nos íbamos a comunicar a través de la animación. Y eso es lo que verdaderamente amé de la película”, comentó la también productora de Cars 2.
La película tenía previsto su estreno para 2014. Sin embargo, éste fue pospuesto por el cambio de director. Pese a los retrasos, problemas de producción y cuatro años de realización, Un gran dinosaurio llega a la pantalla grande este viernes 27 de noviembre. “Hubo tantos días en los que yo me sentía con tanto miedo y simplemente nos sobrepusimos, vivimos la historia que estamos contando. Esperamos que la gente se divierta, se entretenga y que les guste la película”, concluyó.
El mexicano que creó a los dinosaurios
A sus 22 años, el mexicano Alonso Martínez trabaja en Pixar como animador. Aunque había participado cintas como UP y Cars 2, Un gran dinosaurio es el primer proyecto en el que “íntegramente” participa. “Este proyecto fue lindo porque jamás había estado tan involucrado en un trabajo desde el principio hasta el final. Llegué cuando sólo habían 12 personas y estuve durante los cuatro años”, aseguró, en entrevista con 24 HORAS.
El diseñador originario de Monterrey, Nuevo León, relaciona la historia de Arlo, protagonista de la película, con su paso por Pixar. Al igual que el pequeño Apatosaurio, Martínez tuvo que vencer algunos obstáculos.
“Llegar a Pixar fue todo un camino muy inesperado y que tenía muchos obstáculos. La historia de Un gran dinosaurio habla de triunfar a través de muchos obstáculos. Los amigos y la gente alrededor pueden ayudar, pero todo debe provenir del interior. Ahora, sí siento un orgullo de ser uno de los únicos mexicanos que trabajan en Pixar y poder representar a mí país”.
Para la creación de los distintos dinosaurios de la historia, Martínez tuvo que realizar, además de una documentación, una observación de animales como elefantes, rinocerontes y cocodrilos, con el fin de conocer su comportamiento.