TÚNEZ. La Policía tunecina detuvo a tres hombres a los que acusa de intentar penetrar de forma ilegal en el país desde de la vecina Libia para perpetrar un atentado “en los próximos días”, informó el Ministerio de Interior.

 

En un comunicado, el ministerio explicó que los tres sospechosos fueron arrestados por una patrulla de fronteras de la ciudad de Ben Guerdane, la más importante de las que se alinean a lo largo de la línea divisoria.

 

“Instalaciones de las fuerzas de seguridad en las ciudades de Ben Guerdane, Medenine (ambas en el sur) y Bizerte (en el norte) estaban entre sus objetivos”, señaló la nota, sin ofrecer más detalles.

 

El departamento de Interior también reveló anoche la identidad de tres sospechosos a los que se busca por su presunta participación en el atentado suicida que el pasado martes segó la vida de doce guardias presidenciales en el centro de Túnez.

 

El ministerio ofreció una recompensa a quienes aporten información que permita la detención de Hasan Ben Jalifa Bouchiba, Houcine Ben Jalifa Bouchiba y Walid ben Mohamed Ali Yousfi”.

 

“Esos terroristas están vinculados con la explosión en el autobús de la guardia revolucionaria”, según las investigaciones de la policía, agregó Interior, que no indicó a cuánto asciende la recompensa.

 

El atentado del martes fue el tercero que sufre Túnez este año y supone un cambio de estrategia de los yihadistas, ya que en los dos anteriores habían atacado la industria del turismo, uno de los pilares del país.

 

La primera de esas acciones se produjo el 18 de marzo en el museo de El Bardo de la capital, donde dos hombres -también vinculados al Estado Islámico (EI)- burlaron los controles de seguridad y mataron a tiros a 22 visitantes foráneos, en su mayoría europeos.

 

Apenas cuatro meses después, el 26 de junio, un joven tunecino con lazos con la rama del EI en Libia, donde recibió entrenamiento militar, asesinó a 38 turistas extranjeros en una playa de Susa.

 

Tras ese último atentado, que tenía como objetivo golpear aún más la frágil economía tunecina, el gobierno decretó el estado de emergencia durante dos meses, medida que volvió a imponer este martes, junto a un toque de queda nocturno.

 

Desde entonces, las fuerzas de seguridad han detenido a cerca de medio centenar de personas por sus presuntos vínculos con células yihadistas y puesto bajo arresto domiciliario a 46 personas que, al parecer, han regresado al país tras haber combatido en Siria e Irak junto al Estado Islámico.

 

El ataque se produjo en un contexto caracterizado por el aumento de la actividad del Ejército, que en el último mes y medio ha anunciado el desmantelamiento de al menos una decena de células yihadistas y el arresto de cerca de medio centenar de sospechosos en todo el país.

 

Los combates se libraban hasta ahora en la región de Kasserine, una agreste zona donde desde 2011 se refugian radicales procedentes de todo el Magreb y yihadistas tunecinos, muchos de ellos retornados de la guerra en Siria e Irak.