La mañana del miércoles, Syed Rizwan Farook, de 28 años, y Tashfeen Malik, de 27, dejaron a su bebé de seis meses con la madre de Farook, asegurando que iban a una cita médica.

 

Al mediodía, según la policía, la pareja se había puesto ropa de asalto, armado con fusiles y se preparaba para irrumpir en una fiesta de un grupo de empleados del Condado de San Bernardino, en California, donde mataron a 14 personas e hirieron a otras 17.

 

Antes de la puesta del sol, después de un tiroteo con la policía, ambos estaban muertos, dejando a la afligida comunidad californiana con pocas pistas para desentrañar el motivo de la matanza.

 

Syed Farook, nacido en Estados Unidos, trabajaba como especialista en salud ambiental para el condado de San Bernardino, inspeccionando restaurantes que pudieran violar las normas sanitarias, según autoridades y un sitio web que supervisa a los empleados públicos.

 

El miércoles, Farook asistió a una fiesta anual para los empleados de su departamento, pero luego se fue, volviendo más tarde con armamento y acompañado de Malik.

 

El jefe de la policía de San Bernardino, Jarrod Burguan, dijo que el tiroteo claramente había sido planificado y que los sospechosos dejaron varios artefactos explosivos, que parecían ser bombas de fabricación casera, en la escena de la masacre.

 

En tanto, en el domicilio de Farook y Malik, la Policía encontró 12 bombas de fabricación casera, así como herramientas que podrían usarse para su elaboración, junto a otro tipo de armamento como rifles y cartuchos. “Estaban equipados y podían haber continuado haciendo otro ataque”, añadió el responsable policial respecto a la pareja.

 

Barguan detalló la magnitud del enfrentamiento con la Policía en el que murieron los dos sospechosos, los cuales se cree que dispararon hasta 76 ráfagas de munición de fusil a los policías.

 

“Estamos seguros de que las dos personas implicadas en el tiroteo son los dos muertos”, añadió Barguan, quien dijo no tener información como para indicar en este momento que haya “una amenaza inmediata” en la región y descartó que se esté buscando a más sospechosos.

 

Por su parte, el director asistente del FBI en Los Ángeles, David Bowdich, pidió “paciencia” con el desarrollo de las indagaciones, ya que hay múltiples víctimas y muchos escenarios en los que se están recogiendo evidencias, y dijo que es “demasiado pronto” como para especular sobre la causa de la masacre.

 

No obstante, indicó que, si se observa el armamento con el que contaban los sospechosos, así como el plan ejecutado, resulta “obvio” que tenían una misión, pero el FBI todavía no sabe el porqué.

 

Sin evidencias de algo extraño

 

Sue Ann Chapman, una trabajadora de un local de comida rápida que fue inspeccionado por Syed Farook a principios de este año por su trabajo en el condado, dijo que no detectó actitudes sospechosas en el presunto asesino.

 

“Era muy callado”, dijo Chapman. “Chequeó la comida y dijo que estaba aquí porque alguien se quejó (…) Se veía completamente normal”, agregó.

 

Burguan dijo que no sabía si Farook y Malik estaban casados, pero funcionarios del Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (CAIR, por sus siglas en inglés), que ha estado en contacto con la familia, aseguró que eran marido y mujer.

 

La pareja se casó hace dos años y tiene una niña de seis meses, dijo a Reuters, Hussam Ayloush, directora ejecutiva de la sección de Los Ángeles del CAIR.

 

La familia de Farook es originaria del sur de Asia, mientras que la de Malik se cree que es de Pakistán y que vivió en Arabia Saudita antes de trasladarse a Estados Unidos, dijo Ayloush. Farook tenía un hermano mayor, añadió el funcionario. (Con información de EFE y Reuters)  DM