GUADALAJARA. La trágica desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa ha inspirado decenas de libros en el último año, varios presentados en esta Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde la voz de los normalistas se ha escuchado fuerte.
Uno de ellos fue presentado hoy, “La travesía de las tortugas”, elaborado por un grupo de periodistas que quiso poner rostro a cada uno de los seres que forman el número 43 y contar qué hacían antes de la noche del 26 de septiembre de 2014.
En la presentación participó la escritora Elena Poniatowska, quien dijo que el número 43 en México se ha convertido en un símbolo de “la injusticia, la corrupción, la censura, la desesperación y la tragedia”.
Este libro, explicó la Premio Cervantes, lo han elaborado 43 periodistas, además de varios fotógrafos y editores, que “llegaron a pie hasta el hogar de cada uno de los muchachos, cuyas familias viven en pueblos miserables y abandonados”, muchos ubicados en la montaña de Guerrero.
Varios de estos periodistas leyeron breves textos sobre los jóvenes desaparecidos, como Martín Getzemaní Sánchez, quien amaba el fútbol y soñaba con jugar en un equipo importante o Luis Ángel Abarca, quien dejó de beber refrescos después de ver en un experimento de ciencias cómo afectaba la Coca Cola a los huesos de un pollo.
Pero este no ha sido el único libro sobre Ayotzinapa que se ha presentado en esta XXIX edición de la feria literaria más importante de Iberoamérica.
El pasado lunes se presentaba “Los 43 de Iguala”, de Sergio González Rodríguez, y el jueves “Juvenicidios. Ayotzinapa y las vidas precarias en América Latina y España”, como ejemplos de los textos que han surgido desde que los jóvenes desaparecieron a manos de presuntos miembros del cartel Guerreros Unidos, por orden del entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca.
Los libros no han sido la única excusa para hablar de este caso que conmocionó a la comunidad internacional, pues Ayotzinapa ha salido en numerosas charlas que se han organizado durante los ocho días de feria, especialmente en aquellas que versaban sobre la violencia existente en México.
La propia Poniatowska recordaba el pasado martes, en su discurso de recepción del Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Guadalajara, cómo el pasado año, cuando habían transcurrido poco más de dos meses de la desaparición, la FIL se volcó con este caso y en cada uno de los eventos que se organizaron los estudiantes fueron mencionados.
Un año después y tras un intento del Gobierno de “dar carpetazo” a la investigación, aseguró Poniatowska, los ciudadanos continúan pensando en los jóvenes desaparecidos y los periodistas e intelectuales luchando contra el olvido.