En lo que va de este año, cuando menos 11 ciudadanos mexicanos han perdido la vida al verse inmersos de manera involuntaria e incluso accidental en los conflictos terroristas u ocasionados por las guerras civiles que se desarrollan en otros países.

 

El caso más reciente fue el del mexicano naturalizado estadounidense Juan Carlos Espinoza, quien falleció durante el tiroteo del pasado miércoles en la ciudad estadounidense de San Bernardino, California. Espinoza -de 50 años- llegó a trabajar a Estados Unidos a los 20 años de edad y terminó una carrera en la Universidad de California.

 

Padre de dos hijos, una joven y un adolescente, era inspector de salud para el condado de San Bernardino, razón por la cual estuvo presente en el centro de atención para personas discapacitadas cuando ocurrió un tiroteo el pasado miércoles, que dejó 14 muertos y 21 heridos.

 

“Mi papá era una persona muy honesta, muy trabajador, muy chistoso. Era un hombre de familia. Era un hombre de la casa. Lo queremos mucho. Desafortunadamente se nos fue”, dijo su hija Jerusalén Espinoza-Mendoza a la cadena Univisión

 

El sábado, el Estado Islámico atribuyó el tiroteo en San Bernardino a dos de sus integrantes, en lo que sería el primer ataque terrorista del EI en Estados Unidos; uno de los pistoleros, Syed Farook, era empleado municipal y se desempeñaba como inspector de salud.

 

Este año, las amenazas a la seguridad de otros países han afectado a los connacionales radicados o que viajaban en el extranjero.

 

El 13 de noviembre dos jóvenes de origen mexicano fallecieron y otro connacional resultó lesionado en el tiroteo en el bar Bataclán por integrantes del Estado Islámico en uno de los ataques que perpetró el grupo terrorista en la ciudad de París, Francia, y en los cuales fueron asesinadas 129 personas.

 

Nohemí González, ciudadana mexicoestadounidense, tenía 23 años y se encontraba en un intercambio estudiantil en la Ciudad Luz; Michelli Gil Jaimes, originaria de Tuxpan, Veracruz, méxico-española de 27 años, trabajaba como mesera en un café.

 

Poco después la organización fundamentalista anunció una lista de países en los cuales tenía planeado dar más golpes; México que es la única nación latinoamericana que se encontraba en su lista de futuros ataques terroristas, con el objetivo de “reivindicar” su guerra.
El pasado 13 de septiembre, en la región del Sahara Occidental, en Egipto, el ejército de aquel país confundió con una célula de terroristas a un grupo de turistas que viajaban por el desierto y los bombardeó desde el aire; fallecieron ocho ciudadanos mexicanos y otros más resultaron severamente lesionados.