ISLAMABAD. Al menos 22 personas murieron hoy y 60 resultaron heridas en un atentado con bomba en la localidad de Parachinar, en el cinturón tribal del noroeste de Pakistán, informó a Efe una fuente oficial.

 

La explosión se produjo al mediodía local en el mercado de ropa usada Eid Gah de Parachinar, capital de la región tribal de Kurram, dijo un funcionario del Gobierno local, Naik Muhammad Khan.

 

Detalló que 23 personas heridas de gravedad han sido trasladados en helicópteros a la ciudad de Peshawar y que el resto de los damnificados, algunos de ellos también en estado “crítico”, han sido llevados a diferentes hospitales de Kurram.

 

La mayoría de las víctimas mortales pertenecen a la minoría chií, aunque “aparentemente” no se trató de un ataque sectario, indicó Khan, al agregar que las primeras hipótesis apuntan a un atentado suicida, por el que se ha detenido a dos sospechosos.

 

“La gente tiene miedo tras el ataque, ya que ha habido paz durante los dos últimos años en Parachinar, un área mayoritariamente chií donde antes había asesinatos sectarios y muchos muertos”, manifestó la fuente.

 

El ataque, que no ha sido reivindicado por ningún grupo insurgente, ha sido condenado por el primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, en declaraciones a televisiones locales.

 

Parachinar es escenario habitual de actos violentos por parte de la insurgencia local y de la vecina región de Waziristán del Norte, donde el Ejército lanzó en junio de 2014 una operación militar antiterrorista, que continúa en la actualidad.

 

En la ofensiva han muerto al menos tres mil 400 insurgentes y 488 militares, de acuerdo con fuentes el Ejército, y desde su inicio el número de ataques insurgentes se ha reducido de forma significativa.

 

El ataque de hoy se produce a tres días de la conmemoración del primer aniversario de la matanza de 151 personas, entre ellas 125 niños, en un colegio gestionado por militares en Peshawar, un ataque del principal grupo talibán del país, el Tehrik-i-Taliban Pakistan, el 16 de diciembre de 2014.

 

Los talibanes justificaron el ataque como un acto de venganza por la operación del Ejército.