La escritora y legisladora Laura Esquivel consideró que la mayor parte de los diputados federales va a trabajar al Congreso de la Unión con la intención de “hacer negocios particulares”, además de que “la mayoría representan a intereses de un grupo, de alguna corporación o de carácter particular”.

 

En entrevista con 24 HORAS, la escritora de la obra “Como agua para Chocolate” –reconocida a nivel internacional— aseguró que “yo podría estar en mi casa escribiendo, pero no puedo hacerlo porque el país se está cayendo a pedazos; se está desmoronando”.

 

¿Qué concepto tiene usted de la izquierda en nuestro país?

 

Todo mundo se queja. Todo mundo dice que está mal. Dice que le duelen los asesinatos, dicen que les duele la pobreza, pero esto no basta, no basta estar indignado, no basta estar preocupado. La pregunta es ¿qué vamos hacer? Es muy fácil señalar, es muy fácil decir “ellos son los culpables”:

 

Usted pertenece al círculo intelectual, ¿no se siente fuera de lugar?

 

Como escritora me considero muy afortunada porque puedo vivir de lo que escribo; yo podría estar ahora en mi casa escribiendo, pero no podría hacerlo sabiendo que el país se está cayendo pedazos, que se está desmoronando; yo no puedo estar ahí, para mí era una obligación estar aquí y decir cómo puedo apoyar o participar.

 

¿Cambia su visión ahora desde el Congreso?

 

A nivel personal yo dejé de creer en los partidos políticos, pero creo que todavía es importante seguir organizados y participar dentro de este sistema que también se está cayendo a pedazos; pero hay que estar aquí porque el otro camino sería una revolución que nadie quiere, una revolución que no conviene, que no traía más que violencia, no me quiero imaginar ni por un segundo el dolor, mucho más del que ahora tenemos.

 

¿Por qué decide participar en un partido político?

 

Yo creo que los partidos están rebasados, que no funciona. El arribo a San Lázaro me ha servido para comprobar eso, que la mayoría de las personas que se encuentran aquí se representan los intereses de un grupo, de una corporación o los intereses particulares. Vienen aquí a hacer negocios particulares, hay de todo, también me he encontrado gente muy valiosa en todos los partidos.

 

¿Considera que todos están contra Morena?

 

Las iniciativas que no sean las del PRI, del Partido Verde Ecologista de México o de Nueva Alianza… rara vez se cuelan algunas del PAN, del PRD, pero de Morena ni por asomo ni por equivocación; hay una razón, hay una línea en donde a veces me da mucha nostalgia, que aquí no está México. Es una sensación de un gran vacío, de no ser por mis compañeros de bancada y de algún otro maravilloso compañero.

 

¿Cómo podría ejemplificar el trabajo de Morena?

 

Nosotros desde el primer día presentamos una Ley de austeridad y nadie habla de ello. Desde el primer día todos nos bajamos la mitad de nuestro salario, incluso el aguinaldo también lo vamos a cobrar a la mitad, porque todo lo demás se va a las escuelas de educación superior que promueve Andrés Manuel López Obrador, para de alguna manera darle educación a muchos jóvenes, que de otra forma se van a la delincuencia.

 

¿Cuántos planteles tienen perfilados?

 

Son cinco escuelas las que estamos promoviendo. Por ejemplo, gracias a ponerme a tejer y el revuelo que se hizo, yo no hubiera podido hablar de lo que ha pasado con el presupuesto de cultura para los proyectos presentados por sociedades civiles y gente que necesita apoyo.

 

 ¿Cómo explicar que del mundo intelectual sólo está usted?

 

Para mí es muy importante que ese rayito de conciencia prenda y que a la gente le sirva para cuestionar. Con todo respeto les digo, los ciudadanos de pronto no hacen su trabajo, yo los invito de todo corazón que prendan el Canal del Congreso, que revisen qué están haciendo por sus estados, que analicen a dónde se está yendo su dinero. Aquí solamente llegamos 35 diputados ciudadanos, sólo hay dos que tenían experiencia legislativa, pero traemos a México acá en el alma, abajo de la piel, aquí lo traemos y venimos con la mejor intención de trabajar y de ser un espejo. Ya lo sabemos, no somos ingenuos, nos van a planchar una y otra vez, el trabajo es para afuera.

 

¿Hacia la sociedad?

 

Aquí estamos trabajando y vislumbrando cómo nos podemos organizar, ya tenemos claro que van a ser tres años difíciles, pero no nos desanima porque creo que hay mucho por hacer. Considero que sería muy interesante que la ciudadanía sepa qué pasa desde este recinto, en este lugar que es como una cápsula fuera del tiempo, una cápsula separada donde todavía tenemos esos hilos invisibles que nos unen, que no se entretejen. Nuestros antepasados decían que todo está enlazado y es cierto, es cierto, nosotros somos capaces de enlazarnos. Esto puede cambiar.

 

¿Deberían estar aquí más intelectuales?

 

Usted sabe la imagen del legislador está devaluada. Yo me propuse meterme aquí para que la gente me escuche, que sepa que yo estoy aquí para representarlos, que aún hay esperanza. Lo peor que nos puede pasar en perder la esperanza y a mí me llena de orgullo que la gente me paré en la calle y me diga “en usted si confío”. Con esto yo me doy por bien servida.