MOSCÚ. Los equipos rusos jugarán en Turquía pese a las tensiones diplomáticas entre ambos países debido al derribo de un bombardero ruso en la frontera siria, aseguró Vitali Mutkó, ministro de Deportes ruso.
“La selección de futbol sala acaba de volver de Turquía y no ha habido ningún problema o exceso, aunque los chicos lo pasaron mal y tuvimos que poner más exigencias en materia de seguridad”, dijo Mutkó a medios locales.
Mutkó criticó a los equipos de voleibol rusos que declinaron viajar a Turquía para disputar el 1 y 2 de diciembre pasados la Liga de Campeones, aduciendo que “las relaciones diplomáticas no están rotas”.
“Los equipos de voleibol actuaron incorrectamente al negarse a viajar a Turquía. La parte turca es capaz de garantizar la seguridad”, dijo.
El ministro hizo estas declaraciones después de que el Lokomotiv Moscú y el Fenerbahçe resultaran ayer emparejados en los dieciseisavos de final de la Liga Europa en el sorteo celebrado por la UEFA.
Tras reconocer que era muy consciente de las tensiones bilaterales, la UEFA decidió no separar en diferentes bombos a los clubes rusos y turcos en el sorteo, y garantizó que se tomarán “todas las medidas de seguridad necesarias” durante ambos partidos.
La afición turca es conocida mundialmente por su pasión desmesurada, mientras la rusa no le va a la zaga en agresividad, lo que le ha valido no pocas sanciones por parte de la UEFA, en la mayoría de las veces por sus cánticos racistas.
Con todo, Mutkó animó ayer a los aficionados moscovitas a comprar entradas y viajar a Estambul para el partido de ida.
Precisamente, el ministro suspendió la celebración en Turquía del tradicional torneo amistoso invernal de la Liga Nacional de Futbol de Rusia y desaconsejó a los clubes rusos el fichaje de futbolistas turcos.
A su vez, la Unión de Futbol de Rusia recomendó a los clubes de futbol que, por el mismo motivo, no se concentren en invierno en Turquía y opten por otras alternativas, como Israel o España.
Por su parte, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, recordó hoy que “los deportistas no son parte del problema que existe ahora” y recordó que “ni los deportistas ni los espectadores que asistirán al partido en Moscú o Estambul son enemigos”.
“Espero que sea un partido tranquilo, que se juegue con limpieza y rebaje la tensión bilateral”, comentó.