AUSTIN. El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, prolongó hoy el despliegue de la Guardia Nacional en su frontera con México ante el aumento de menores inmigrantes no acompañados que cruzan a Estados Unidos registrado desde octubre.

 

“Texas no se cruzará de brazos frente a este desafío. No vamos a ser víctimas de la apatía del gobierno en asegurar nuestra frontera”, dijo Abbott al criticar que la Administración del presidente Barack Obama ha “ignorado” sus demandas para aumentar el número de patrulleros en la zona.

 

“En septiembre, advertí al Departamento de Seguridad Nacional sobre un aumento de menores no acompañados cruzando de nuevo nuestra frontera. Ahora, esa advertencia es una realidad: Se ha producido un alza sustancial de los cruces ilegales que desafían la seguridad y los recursos de Texas“, agregó el gobernador sureño.

 

Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), entre octubre y noviembre cruzaron la frontera 10 mil 595 menores inmigrantes no acompañados, más del doble que en 2014, cuando fueron  cinco mil 129.

 

En su mayoría provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala.

 

Esta nueva oleada ha provocado la apertura de dos albergues en Texas y otro en California para acoger a todos los menores.

 

Rick Perry, el antecesor de Abbott en la Gobernación de Texas, militarizó en agosto de 2014 la frontera con el despliegue de la Guardia Nacional en respuesta a la primera ola migratoria de menores no acompañados que se produjo hace más de un año.

 

Según Perry, la avalancha de menores provocó que organizaciones criminales mexicanas y carteles del narcotráfico aprovechasen la situación para el tráfico de personas y drogas debido a que la Patrulla Fronteriza estaba desbordada.

 

Este despliegue de la Guardia Nacional fue muy criticado por México, cuyo presidente, Enrique Peña Nieto, lo calificó de “discriminatorio” y “reprobable”.

 

En un inicio, la militarización fronteriza tenía que durar tres meses, pero Perry primero y ahora Abbott la han ido prorrogando de forma indefinida.

 

Al despliegue de la Guardia Nacional, Abbott anunció un aumento en los controles fluviales y misiones aéreas, así como la llegada de unos 350 patrulleros estatales.

 

“Esto no sería necesario si el Gobierno federal cumpliese con su obligación de asegurar nuestra frontera”, concluyó el gobernador.