A sus 49 años, Jeffrey Jacob Abrams se encuentra en la cima del mundo, lo cual ya es un decir después de que hace poco más de una década ganara el Emmy por su trabajo en una de las series más influyentes en la historia de la televisión y la cultura popular: Lost.
Actualmente “aterrado” -según palabras de su mentor, Steven Spielberg- por lo que pueda ser la respuesta del público a su más reciente trabajo, Abrams se ha convertido en uno de los cineastas, productores y guionistas más poderosos del mundo gracias a un trabajo que comenzó en 1990 con su guión para Taking Care of Business, de Arthur Hiller, que lo llevó a escribir las historias de otras cintas como Regarding Henry (1991), Forever Young (1992) y la criticada pero palomera Armageddon (1998).
Nacido en Nueva York y criado en Los Ángeles, el cineasta que pasado mañana estrena El Despertar de la Fuerza a nivel mundial, trae en la sangre el talento para la producción y la dirección, pues es hijo de dos respetados productores, Gerald W. y Carol Ann Abrams. Su primer gran éxito comenzó en 1998, cuando fue uno de los creadores de la serie Felicity; a ésta le siguió Alias, que entre otras cosas, convirtió a su protagonista, Jennifer Garner, en estrella.
El gran golpe
Pero Abrams no se convirtió en el respetado productor y creador que es ahora sino hasta 2004, cuando se juntó con Damon Lindelof y Carlton Cuse para crear una de las series que cambiaron para siempre la manera de hacer televisión: Lost, en la que incorporó muchas técnicas cinematográficas que sirvieron de molde para que la TV evolucionara, a partir de entonces, a lo que se ha convertido en la actualidad. Con Lost, Abrams no sólo se convirtió en el “niño genio” de Hollywood, sino en un nuevo Rey Midas al que todo lo que tocaba lo convertía en oro. Después de Lost, Abrams ha sido productor ejecutivo y co-creador de varias series, entre ellas las exitosas Fringe y Person of Interest, e incluso llegó a trabajar al lado del mexicano Alfonso Cuarón en Believe, que duró sólo una temporada.
Reviviendo sagas monstruosas
Su salto al cine como director no podía tener más presión, pues fue el encargado de reactivar y darle un nuevo impulso a una franquicia de peso completo como Misión Imposible, que venía de una segunda parte llena de estilo, pero poca sustancia. El éxito de crítica que obtuvo Abrams al dirigir a Tom Cruise en Misión Imposible 3, fue su carta de presentación en la pantalla grande.
Pero eso lo llevaría a enfrentar un reto todavía mayor. En 2009, y tras siete años de ausencia de las salas de cine, Paramount decide confiar en él para revivir, prácticamente de la nada, a una de las franquicias más queridas de la televisión y el cine, así como por los amantes de la ciencia ficción: Star Trek. Respetando los personajes originales, Abrams “le dio la vuelta” a la historia y la reinició presentando la historia de una joven tripulación del Enterprise y cómo llegaron a conocerse. Así, el Capitán Kirk, el señor Spock, Sulu, Bones, Scotty y compañía fueron presentados a una nueva generación. Cuatro años después, con Star Trek Into Darkness, Abrams dividió opiniones entre los fans de hueso colorado de la franquicia y los que defendían su visión y reintroducción del villano más famoso de la saga, Khan. Pero demostró que era capaz de producir carretadas de dólares y darle gusto prácticamente a todo el mundo.
Los caminos de la fuerza
En 2011, Abrams escribió y dirigió uno de sus proyectos personales más ambiciosos, Super 8, en la cual rindió un vistoso homenaje a quien ha sido su mentor desde que tenía 16 años: Spielberg. Con una historia parte E.T. y parte La Guerra de los Mundos, Abrams logró una cinta que lo puso en ruta para lo que actualmente es el reto más grande de su carrera.
Amigo de Spielberg y fan declarado de Star Wars desde la niñez, luego de que George Lucas vendiera Lucasfilm a Disney, Abrams fue nombrado en enero de 2013 como el responsable de lo que sería una nueva etapa en la historia de la que quizá sea la saga más famosa y exitosa del cine.
“Cuando tomé la dirección de El Despertar de La Fuerza, Disney decidió que no quería ir por el mismo camino que George (Lucas), y que todo tendría que comenzar desde cero en ese sentido”, expresó el cineasta a Slash Film. “Sin embargo, como buen fan de Star Wars, siempre la idea ha sido mantener el espíritu de la saga original y que se sienta como una continuación adecuada a ese universo”, agregó. Para Abrams, el momento de consagrarse en la pantalla grande ha llegado. La Fuerza es intensa en él. Ahora sólo hay que esperar la prueba de fuego: la respuesta del público hacia su visión de los que ocurrió hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana…