Tal como lo esperaba el mercado, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) puso fin a una etapa de “dinero barato” inaugurada por Ben Bernanke en 2008, en medio de la crisis financiera. Su sucesora, Janet Yellen anunció ayer un incremento de 0.25 puntos base en la tasa referencial, sustentado en los signos de recuperación constante que muestra la economía ese país.

 

La decisión, que ya se esperaba desde la reunión de junio, impacta en el costo del crédito entre los bancos y causa un efecto en cascada para todos los productos financieros, como las tarjetas de crédito o los financiamientos para comprar una casa, por lo que terminan subiendo sus tasas de interés.

 

Si bien el mercado ya daba por descontado el incremento, la preocupación giraba en torno a la gradualidad de la medida. En la conferencia que Janet Yellen ofreció ayer -después de dos días de reunión de los 12 integrantes del Comité Federal de Mercado Abierto-, aclaró que el ritmo dependerá del crecimiento del empleo, así como del movimiento de la inflación hacia un objetivo establecido en 2% anual, indicador que se ubica por ahora en 0.5%.

 

Tras el anuncio, el tipo de cambio interbancario retrocedió a 17.08 pesos por dólar, después de ubicarse el lunes en 17.34.

 

La era Bernanke

 

Después de la crisis económica de 2008, Ben Bernanke, quien entonces presidía el Banco Central más grande del mundo, decidió junto con el Comité reducir la tasa a mínimos con el objetivo de abaratar el costo del dinero para que todos los sectores productivos y la población pudieran obtener recursos y reactivar el crecimiento económico.

 

Esta decisión ocurrió porque entre enero de 2008 y octubre de 2009, la tasa de desempleo se duplicó hasta 10% y uno de los objetivos de la Fed es mantener el “pleno empleo”, es decir que la desocupación se ubique en 5%.

 

Para que el empleo regrese a ese nivel se deben crear 200 mil empleos mensuales, objetivo que se alcanzó durante los últimos tres meses con la generación de 218 mil plazas en promedio.