Tras haber realizado una pequeña cinta en 2013, Trance, que pasó sin pena ni gloria, el británico Danny Boyle regresa por sus fueros para presentar en la pantalla grande la vida de uno de los personajes más admirados y controvertidos del mundo de la tecnología, Steve Jobs, en la película del mismo nombre que este fin de semana llega a la cartelera nacional.
Con cuatro nominaciones al Globo de Oro (Mejor Música, Mejor Guión, Mejor Actor Drama y Mejor Actriz de Reparto Drama), se ha convertido en una de las cintas que suenan fuerte para ser nominada al Oscar, al tiempo que ha recibido la aclamación de la crítica, particularmente de su protagonista, Michael Fassbender, y de su director, quien en entrevista proporcionada por Universal Pictures comparte su experiencia de llevar al cine la historia del complejo y admirado cofundador de Apple.
¿Qué te hizo querer hacer esta película?
Leí el guión y sentí que sería una locura no hacerla. Me robó el aliento. Sentí que nunca antes había hecho algo como esto. El personaje de Steve Jobs que Aaron (Sorkin, guionista) creó era enormemente atractivo para mí. Es un personaje de proporciones shakesperianas. Él es cautivador, tirano y divertido. Esa clase de personaje es fascinante de examinar.
¿Qué elementos de los personajes reales están en la película?
Estamos profundamente agradecidos con el libro de Walter Isaacson y con la profundidad de su investigación, pero queríamos que la película fuera una travesía diferente. Sorkin describe la película como un “retrato impresionista”. Hay ideas que claramente salen de la vida real, pero la película es una abstracción. Toma eventos—algunos de ellos reales, algunos de ellos imaginarios—y los acomoda en tres actos estructurados alrededor del lanzamiento de la Macintosh en 1984, del NeXTcube en 1988, y de la iMac en 1998.
¿Por qué filmar toda la película en San Francisco?
San Francisco es el Belén de la Era Digital, la casa de la segunda Revolución Industrial. Yo vengo del norte de Bretaña, Manchester, la cual es conocida por ser el lugar donde nació la Revolución industrial hace 200 años. Y al igual que ese lugar, San Francisco tiene su propia historia y su propio mito. Yo me identifiqué inmediatamente con la idea de hacer esta película en San Francisco. Siempre he sentido que si honras el lugar acerca del que estás haciendo una película, te recompensará… a través del entendimiento y apreciación tuya y de los actores hacia el lugar.
¿Por qué es tan marcada en el filme la diferencia entre sus tres actos?
Lo que me resultó atractivo del guión en primer lugar era el reto de cómo presentar tres escenas tras bastidores dinámicamente y con la mayor tensión posible. Y nos decidimos por tres locaciones diferentes, cada una de ellas aporta algo particular—alguna sensación, alguna historia—a cada uno de los actos.
¿Por qué usar el Auditorio Flint como la locación para el lanzamiento de Macintosh en el Primer Acto?
El Auditorio Flint en el De Anza Community College, en el corazón de Cupertino, fue donde el lanzamiento real de Macintosh se realizó en 1984. En ese escenario Steve Jobs presentó la Macintosh ese día. Estábamos siguiendo sus pasos, literalmente. Filmamos el Primer Acto en 16mm porque se sentía más crudo, casero y básico y lo hicimos en un teatro sencillo y funcional. Como si tuviera una apariencia barata… la época de los primeros lanzamientos.
El Primer Acto, el lanzamiento de la Mac, es nuestra creación-mito de la época actual. Es Steve Jobs conjurando el futuro de la computación—la primera computadora verdaderamente personal, la primera computadora humana—salida de la nada. Por primera vez, alguien creó una computadora que se sentía parte de ti.
¿Cómo fue trabajar con Michael Fassbender?, ¿qué te hacía creer que era el indicado para darle vida a Steve Jobs?
Nunca había trabajado con un actor que pasara por una travesía como lo hizo Michael o que tuviera tal fiereza y compromiso. Ni una vez lo vi mirar el guión o las notas, y él tenía líneas como las de Lear en Hamlet que tenía que recitar cada día. Él absorbió el guión de una forma que no tenía nada que ver con el aprendizaje memorístico.
Él conocía el guión como si lo hubiera escrito, lo cual le dio a su actuación una fuerza que lo hacía parecer que era capaz de crear algo virtualmente de la nada. Es un actor verdaderamente intimidante. Fui afortunado al poder reunir el guión de Sorkin con un actor como él.
¿Puedes comentarnos un poco acerca del trabajo de Kate Winslet?
Bueno, si tienes a Fassbender, lo mejor es que tengas a alguien igualmente buena para trabajar con él. Y eso hice. Kate es extraordinaria. Ella tiene un talento único, pero nunca me percaté de lo comprensiva que fue su interpretación. Ella es una gran socia en el set de cine y es incansablemente positiva acerca de todos los elementos de la filmación, ¡incluso reorganizando a los extras entre las tomas! Al igual que Michael, Kate absorbió el lenguaje del guión con una avidez tal que lo hizo verse fácil.
¿Cómo podrías describir a Steve Jobs?
Jobs no era un ingeniero ni un programador. Sus habilidades como ingeniero eran muy básicas. Pero él era capaz de sintetizar todas esas otras habilidades. De hecho, eso es lo que uno hace como director. Yo no entiendo las cámaras o la iluminación de la forma en que un jefe de departamento o un especialista lo entiende. Ciertamente no puedo confeccionar un vestuario, pero lo que sí hago es sintetizar las habilidades de todos esos expertos. Eso hacía Steve.
¿Qué esperas que la gente se lleve al ver la película?
Espero que cuando el público la vea, note cómo el mundo ha cambiado gracias a lo que este personaje ha logrado a través de su impulso feroz, inteligencia, dedicación y pasión, pero también los costos personales en los que incurrió. A pesar de ser un genio visionario, su conocimiento real de sí mismo y su humanidad llega sólo cuando logra comprender que él mismo está pobremente hecho.