PEKÍN. El Parlamento chino aprobó el domingo una controvertida nueva ley antiterrorista que exige a las firmas tecnológicas que entreguen al Gobierno información delicada como claves de cifrado y que permite que el ejército intervenga fuera de las fronteras del país en operaciones antiterroristas.
Funcionarios chinos afirman que el país enfrenta una amenaza cada vez mayor de militantes y separatistas, especialmente en la incontrolable región occidental de Xinjiang, donde cientos han muerto en actos de violencia en los últimos años.
La legislación generó una fuerte preocupación en Occidente, no sólo porque se teme por potenciales violaciones a derechos humanos como la libertad de expresión, sino por las condiciones en el ciberespacio. El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que ha manifestado la preocupación acerca de la ley directamente al presidente chino, Xi Jinping.
Tras la aprobación de la ley, Li Shouwei, subdirector de la división de leyes criminales del Comité de Asuntos Legislativos del Parlamento, dijo que China se limitó a hacer lo que otras naciones occidentales ya hacen cuando piden ayuda a las firmas tecnológicas en la lucha contra el terrorismo.
“La norma está en concordancia con el trabajo real necesario en la lucha contra el terrorismo y es básicamente la misma que usan otros grandes países”, dijo Li a medios.
La normativa de seguridad nacional de China, adoptada en julio, exige que toda la infraestructura clave de redes y los sistemas de información sean “seguros y controlables”.
La ley permite, además, que el Ejército Popular de Liberación participe en operaciones contra el terrorismo fuera de sus fronteras. No obstante, expertos afirman que China podría enfrentar grandes problemas técnicos y diplomáticos si alguna vez pretende su aplicación.
Asimismo, se restringe el derecho de los medios a informar detalles de ataques terroristas, incluida una cláusula que indica que ni los medios ni las redes sociales pueden entregar detalles de actividades terroristas que pudieran llevar a imitaciones, ni mostrar escenas que sean “crueles e inhumanas”.