BAGDAD. Al menos 15 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes murieron y 22 resultaron heridos hoy durante una serie de atentados suicidas contra una base militar en Tikrit, en el norte de Irak, reivindicados por el yihadista Estado Islámico (EI).

 

Los ataques comenzaron con la detonación de dos coches bomba conducidos por suicidas en la entrada de la base militar de Speicher, en Tikrit, que permitió la entrada de otros tres kamikazes que detonaron sus chalecos explosivos en el interior del recinto.

 

Las víctimas son agentes de la Policía de Mosul, en la provincia de Nínive, también en el norte del país, quienes recibían entrenamiento en esa base para luchar contra el grupo yihadista en su región.

 

Las fuerzas de seguridad iniciaron una operación de búsqueda en la zona donde se produjo el atentado para prevenir otros posibles ataques suicidas, según la cadena Al Yazira.

 

A través de sus redes en internet, el EI se atribuyó los atentados y aseguró que el objetivo fueron las fuerzas del “Ejército traidor”, un término que usan los insurgentes sunitas para referirse a los musulmanes chiítas.

 

La base de Speicher atacado este domingo fue escenario de una de las ofensivas más sangrientas del EI en Irak cuando, en junio de 2014, más de mil 500 cadetes fallecieron en un asalto masivo de los yihadistas.

 

Mosul es la segunda mayor ciudad de Irak y está bajo control del EI desde mediados de 2014, cuando el grupo yihadista lanzó su ofensiva sobre territorio iraquí, provocando el colapso de las fuerzas armadas iraquíes.

 

El EI surgió en 2003 como una rama de la red Al Qaeda, aunque después se separó y tomó el control de amplias zonas de Irak y Siria, en donde en junio de 2014 estableció un califato que encabeza su líder Abu Bakr al Baghdadi.