BERLÍN. Alemania vive con estupor e indignación por la avalancha de denuncias, hasta ahora 90, presentadas por mujeres víctimas de agresiones sexuales y robos en Nochevieja, en las proximidades de la estación central de tren de Colonia (oeste del país), y cerca de la catedral, donde estaban reunidos alrededor de mil hombres.

 

El jefe de policía de la ciudad, Wolfgang Albers, dijo que los oficiales describieron a los hombres como posiblemente procedentes de la “región árabe o del norte de África”, en su mayoría ebrios, de entre 18 y 35 años.

 

Si bien los políticos instaron a que no se señale a todos los refugiados como responsables, el incidente alimentó llamamientos de grupos de derecha para que se suspenda el ingreso de inmigrantes. En el 2015, Alemania recibió más de un millón de migrantes, que huían de las guerras y la pobreza en Oriente Medio y África, más que cualquier otro país de Europa.

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La alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, dijo que era “increíble e intolerable lo que sucedió en la víspera de Año Nuevo” pero que no había razón para creer que los involucrados en las agresiones fueran refugiados.

 

Ante la dimensión de lo sucedido, sin que se hayan producido detenciones por el momento, la canciller Angela Merkel exigió “la respuesta contundente del Estado de derecho” para identificar y castigar cuanto antes a los culpables, con independencia de su origen.

 

Merkel, explicó el Ejecutivo en un comunicado, habló hoy por teléfono con la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, y mostró su “indignación” ante los “repugnantes ataques y agresiones sexuales”.

 

Por su parte, el ministro de Justicia, Heiko Maas, exigió aclarar si los congregados ante la estación de tren de Colonia, cerca de la emblemática catedral de la ciudad, se dieron cita para delinquir y si se trata de “una nueva forma de criminalidad organizada”.
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Garantizó que se investigarán los hechos hasta sus últimas consecuencias y denunció tanto a quienes agredieron a las mujeres como a aquellos que, “sin participar activamente, formaron pasillos para que no pudieran huir”.

 

Tras asegurar que el alcohol no será una excusa, pidió no “instrumentalizar” lo ocurrido mezclándolo con la masiva llegada de refugiados a Alemania, llamamiento al que se sumaron políticos de diferentes formaciones.

 

La policía en Colonia ha creado un equipo de investigación para aclarar los hechos y la alcaldesa Reker presidió hoy una reunión de crisis con los máximos responsables de las fuerzas de seguridad.

 

En rueda de prensa tras esa reunión, Albers asumió que puede haber más denuncias y reconoció que todavía no hay ningún detenido ni sospechosos.

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Pidió por ello la colaboración ciudadana para identificar a los agresores con vídeos que pudieran ser grabados en la zona.
Albers defendió la actuación de la policía, que acabó desalojando el área frente a la estación ante el riesgo que suponían los petardos y fuegos artificiales que lanzaba a los transeúntes el millar de jóvenes concentrados en la zona.

 

Durante la noche los agentes fueron informados de alguna agresión, pero no se tuvo constancia de la dimensión de lo sucedido hasta que en los días posteriores se presentaron las denuncias, entre ellas una por violación.