KUWAIT.  Kuwait llamó a su embajador ante Irán por las protestas que el pasado domingo ocurrieron frente a la embajada y un consulado sauditas en suelo iraní, tras la ejecución de un clérigo chiíta Nimr Baqir al Nimr.

 

Las protestas con violencia ante las representaciones diplomáticas de Arabia Saudita en Irán son una flagrante violación de las convenciones internacionales, señaló el ministerio kuwaití de Relaciones Exteriores este martes.

 

Agregó que también conforman una violación al compromiso internacional de Irán sobre la seguridad y protección a las misiones diplomáticas en su territorio, agregó la Cancillería citada en un despacho de la agencia KUNA.

 

El llamado a un embajador manifiesta el desacuerdo de un país con las decisiones o acciones de otra nación sin llegar a la ruptura de relaciones, y la presión que significa puede aumentar con el retiro de su representante sin tampoco cortar vínculos.

 

Japón urge a desactivar tensión en Medio Oriente

 

Japón instó hoy a los países de Oriente Medio a rebajar las tensiones en la región mediante el diálogo, ante el empeoramiento de relaciones entre Arabia Saudí e Irán a raíz de la ejecución de un clérigo chií por parte de Riad.

 

“Nuestro país está preocupado por el deterioro de las relaciones entre algunos países musulmanes”, dijo hoy en rueda de prensa el ministro portavoz del Gobierno nipón, Yoshihide Suga, en referencia a la gran dependencia que tiene el archipiélago con esta región en lo referente al suministro de crudo.

 

“En interés de la estabilidad en la región de Medio Oriente, nos gustaría instar a todas las partes implicadas a que ejerzan la contención, rebajen la tensión mediante el diálogo y resuelvan la situación de manera pacífica”, dijo Suga en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.

 

Suga añadió que Japón transmitirá este mensaje a todas las partes a través de “diversos canales diplomático

 

El pasado domingo manifestantes iraníes realizaron protestas violentas contra la embajada saudita en Teherán y el consulado en la nororiental ciudad de Mashad.

 

Se trató de la reacción de musulmanes iraníes del culto chiíta a la ejecución el sábado anterior del jeque Shahid Nimr al-Nimr, quien predicaba en la provincia Oriental saudita y fue acusado de ocho crímenes que incluían secesionismo y desobediencia civil.