MADRID. El nuevo entrenador del Real Madrid, el francés Zinedine Zidane, dirigió este martes su primer entrenamiento al frente del conjunto blanco, que estuvo marcado por el abundante público, la mayoría infantil, que pobló las gradas del estadio Alfredo Di Stefano de Valdebebas, casi lleno.
La llegada de Zidane al banquillo del Real Madrid, en sustitución del destituido Rafa Benítez, parece que ha ilusionado a la afición, que este martes acudió en masa a Valdebebas para presenciar el primer entrenamiento del francés al frente del primer equipo.
Media hora antes del inicio, el estacionamiento del estadio Alfredo Di Stefano ya estaba lleno y, ante la masiva llegada de coches que seguían entrando a la sede merengue, la seguridad del club comenzó a dirigir a los aficionados a otro sitio que también se llenó.
Con cinco minutos de retraso sobre la hora prevista, a las 11:05, los jugadores madridistas, todos con sudadera amarilla, fueron saltando al césped ante los aplausos de la afición. La mayor ovación fue para el propio Zidane, que salió el último del túnel.
Tras una vuelta al terreno de juego corriendo, los jugadores fueron convocados por Zidane al centro del campo, donde habló con ellos durante medio minuto antes de comenzar un circuito físico y unos rondos con balón.
Posteriormente, el técnico francés mandó a sus tres porteros (Keylor Navas, Kiko Casilla y Rubén Yañez) a realizar trabajo específico y al resto los dividió en dos grupos.
Por un lado, con peto, formaron Karim Benzema, Nacho, Jesé, Arbeloa, Kovacic, Sergio Ramos, James, Kroos, Danilo, Lucas Vázquez y Borja Mayoral, mientras que con la sudadera amarilla siguieron Modric, Isco, Cheryshev, Casemiro, Pepe, Marcelo, Varane, Carvajal, Llorente, Odegaard y Cristiano Ronaldo.
El siguiente ejercicio fue otro partidillo en un cuarto de campo y en el otro una serie de centros desde la banda izquierda y remates que tuvieron inicialmente como protagonistas a Marcelo, Odegaard, Llorente, Isco, Varane, Jesé y Keylor Navas bajo palos.
En ninguno de esos dos ejercicios participaron Sergio Ramos, Danilo y Pepe, que, después de unos minutos estirando sobre el césped, se acercaron a la grada para regalar sus sudaderas, firmar unos autógrafos y saludar a la afición antes de marcharse a los vestuarios. El único futbolista que no saltó en ningún momento de la sesión al césped fue el galés Gareth Bale, que estuvo en el gimnasio trabajando, aquejado de unas molestias musculares.
El entrenamiento fue especial para el malagueño Isco Alarcón, que fue el más vitoreado por la afición madridista, que coreó su nombre en varias ocasiones.
Zidane, muy activo durante toda la sesión, no paró de hablar con sus jugadores, entre ellos el portugués Cristiano Ronaldo, al que se le vio muy sonriente al desatar el delirio a mitad del entrenamiento cuando saludó a la afición y levantó el pulgar de la mano izquierda hacía la grada.
Durante la sesión, Zidane estuvo escoltado en todo momento por su segundo, David Bettoni, a quién conoció con diecinueve años en el Cannes y con el que ha compartido la mayor parte de su trayectoria profesional desde entonces, incluida su etapa como técnico del Castilla.
A las doce y diez, Zidane dio por concluido el entrenamiento y todos los jugadores acudieron a ambas tribunas del estadio para regalar balones y desatar por completo la locura entre los aficionados más pequeños.