Seguimos teniendo movimientos erráticos en los mercados financieros. Iniciamos con temas geopolíticos con el caso de Corea del Norte y sus pruebas nucleares, persiste el nerviosismo por la desaceleración de China, que está incidiendo en el movimiento de su divisa el yuan y la caída en la bolsa; también están datos económicos de Estados Unidos como el ADP, la encuesta de empleo del sector privado, así como de la balanza comercial a noviembre. Estos resultaron mejor de lo esperado, pero el mercado los dejó a un lado. Más tarde se conoció la minuta de la pasada reunión de la Fed, cuando arrancó con un alza de 25 puntos base en la tasa de referencia.
Las minutas reflejaron que existió un consenso entre los miembros del Comité para iniciar la fase de alza con la expectativa de llevar un proceso gradual de normalización de la política monetaria. Reconocen que tanto la fortaleza del dólar como los bajos precios en las materias primas serán un riesgo contra la inflación, aunque consideran que pudiera ser temporal y se mantuvieron confiados en que ésta alcanzará el objetivo de 2.0% en el mediano plazo.
Tanto el indicador de manufactura como el de servicios a diciembre han mostrado un proceso de desaceleración y hasta ahora, únicamente el empleo muestra signos positivos, aunque el dato de empleo real a diciembre se conocerá este viernes.
Durante las dos semanas que vienen habrá mucha información económica de Estados Unidos como la nómina no agrícola, datos de inflación, ventas al menudeo y producción industrial, así como de confianza al consumidor. Todas estas variables reflejan la moderación en su comportamiento; inclusive, la producción industrial por ejemplo refleja una tasa de crecimiento anual negativa en 1.2% en noviembre.
Lo que está reflejándose es que si se tienen este tipo de movimientos en los mercados es porque se está visualizando entre los inversionistas una expectativa de crecimiento mundial moderada para este 2016 entre 2.7 y 3.5%. Que China será una variable crítica en las decisiones de inversión y que su moneda como lo comentamos en la columna anterior requiere de ser más competitiva y una depreciación adicional no sería descartable. El año electoral en Estados Unidos no sería un tema específico de “riesgo”.
No obstante, consideramos que serán pocas semanas adicionales las que muestren cierta presión. Sin embargo, vemos que tienen capacidad de establecer pisos y generar reacciones de alza posteriores interesantes. Ahí es donde hay que aprovechar las oportunidades.
Así, el movimiento de alza en la tasa de interés por parte de la Fed será gradual, la presión de alza en instrumentos de deuda nominal podría estar acotada y reflejar buenos momentos durante el año como en este momento. Las bolsas podrían aún tener ajustes del orden del 2 al 4%, pero estarían en condiciones de aprovechar este movimiento e invertir como parte de una acumulación. Se podrán aprovechar mercados internacionales donde la política monetaria siga flexible, pero al mismo tiempo en el mercado mexicano dará oportunidades en forma selectiva por sector y valuación de activos cuando el momento “técnico” se alcance.
Estos momentos de gran nerviosismo en lo general reflejan incertidumbre y, en ocasiones, “el miedo” a perder dinero genera una toma de decisiones precipitada. Nuestro consejo es no ver la inversión a pocos días o semanas. Hoy, es momento de acercarse a los asesores de inversión que pueden ser independientes y definir un portafolio diversificado de acuerdo con su nivel de riesgo, pero con un enfoque de 12 a 18 meses y seguramente tendrá resultados favorables.