Policías federales, estatales y militares participan en un operativo especial desplegado en el penal del Altiplano para impedir una nueva fuga del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán como la que protagonizó seis meses atrás en esa cárcel de máxima seguridad, según constató Efe.

 

Una fuente de la Policía Federal dijo a Efe que la seguridad fue reforzada en los alrededores de la prisión, ubicada en el central Estado de México, pero también en el interior, a donde el capo llegó anoche en un helicóptero de la Marina.

 

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Entre las medidas adoptadas, detalló, está la presencia de un agente de seguridad frente a la celda del narcotraficante, recapturado el viernes en Los Mochis, Sinaloa, cuando intentaba escapar de un operativo federal.

 

El líder del cártel de Sinaloa o Pacífico, quien permanecía preso en el Altiplano desde su captura en febrero de 2014, se escapó el 11 de julio pasado por un túnel de 1.5 kilómetros que comunicaba la ducha de su celda, la número 20, con una casa a medio construir en el exterior del penal.

 

Aunque la celda era vigilada las 24 horas a través de cámaras de vídeo con audio, los guardias de la prisión tardaron 26 minutos en descubrir que el capo se había fugado, pese al ruido de los martillazos realizados instantes antes de que desapareciera por la ducha.

 

“No había otra opción” que llevarlo de nuevo al Altiplano, dijo hoy la fuente de la Policía Federal, quien insistió en las medidas especiales adoptadas para incrementar la seguridad del penal, ubicado en el municipio de Almoloya de Juárez.

 

En 2001 el líder del cártel de Sinaloa se fugó de otra prisión de máxima seguridad en el occidental estado de Jalisco, pero entonces lo hizo en un carrito de lavandería con la complicidad de los funcionarios del penal.

 

En las inmediaciones del Altiplano, los agentes federales hacen recorridos en dos camionetas y tienen una pequeña base a un lado del penal para turnarse.

 

Además, a unos 300 metros de la prisión fue instalado un retén militar en la carretera, donde son revisados todos los vehículos que transitan por ahí.

 

 

 

Los soldados piden a los ocupantes de los automóviles que se identifiquen y también los motivos de su presencia en la zona. Una tanqueta del Ejército acompaña el retén y otra más fue ubicada más cerca del penal.

 

En el área siguen las obras que realiza la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en el Sistema Cutzamala, que recolecta, almacena, potabiliza y distribuye el agua para el Distrito Federal y Toluca, la capital del Estado de México.

 

Hay personal trabajando, tal como hace seis meses, cuando se fugó el narcotraficante con la ayuda de funcionarios del penal.

 

 

 

Fuentes del gobierno federal explicaron entonces que los sensores de movimiento instalados en la prisión estuvieron apagados durante semanas por las obras que realizaba la Conagua en las inmediaciones, ya que habían generado falsas alarmas.

 

Se desconoce si dichos sensores fueron conectados nuevamente, así como la zona de la cárcel en la que el Chapo fue recluido esta vez.

 

La zona desde la que escapó en julio pasado y donde están los delincuentes más peligrosos fue sometida a obras en septiembre pasado. El suelo de las celdas fue reforzado con malla de acero y los muebles del baño también fueron cambiados.

 

“No sabemos nada”, dicen los vecinos del lugar sobre la llegada del capo a la prisión la noche del viernes junto con su jefe de seguridad, Jorge Iván Gastélum Ávila u Orso Iván Gastélum Cruz, que también formaba parte de los 122 objetivos prioritarios del Gobierno mexicano.

 

Ambos lograron escapar por los túneles del drenaje la madrugada del viernes de una operación que las fuerzas federales realizaron en un domicilio de Los Mochis.

 

Según la versión de la Fiscalía, al verse perseguidos ambos salieron a la superficie y robaron un vehículo.

 

El reporte del robo llevó a los agentes a continuar la búsqueda en los vehículos, lo que permitió detectar la unidad en la que viajaban los delincuentes en la carretera Los Mochis-Navojoa.

 

La noche del viernes ambos fueron presentados ante los medios de comunicación en el hangar de la Procuraduría General de la República en el aeropuerto capitalino antes de trasladarlos en helicóptero hasta el Altiplano.