El color burdeos compite con el rojo como emblema de las Navidades, al menos en la lencería se refiere, en una temporada de invierno que también incorpora el azul noche, el estampado de tartán o las flores, y eleva el “body” como prenda estrella, que se viste por dentro, pero también por fuera.
El burdeos lucha esta temporada con el rojo para convertirse en el color estrella de la lencería en unas Navidades que visten el cuerpo de satén y encaje.
Oysho apuesta por el burdeos y lo pone en braguitas, sujetadores y en la prenda fetiche de la temporada, los “bodies”, que resaltan curvas como una segunda piel y que se reinventan con cuellos “halter” que cierran el escote y destapan los hombres, con “push up”, con corsé incorporado o con tangas en la parte posterior.
El azul noche y el negro andracita también conquistan las piezas más especiales, mientras que los colores tierra y de inspiración “boho” ocupan la ropa interior para el día a día.
La firma de ropa interior de Inditex también opta por vestir los cuerpos con “bodies” con manga larga, transparentes en color negro o incluso hechos de un tupido terciopelo azul, que resultan una prenda perfecta para lucir con un pantalón en una noche de fiesta, o simplemente, para esconderlos de la vista y que lo sexi vaya en la actitud que imprimen.
Noches de celebración
El rojo, color fetiche de la noche de Fin de Año, se resiste a desaparecer de los catálogos. La superstición cuenta que la ropa interior de ese color atrae la suerte, un “poder” que dobla si la prenda es un regalo y quizá por ello, el atrevido color sigue gozando de una presencia destacada los catálogos de la fría estación.
La firma francesa de lencería Passionata lanza un alegato a favor del rojo brillante a través de sujetadores “push-up”, “culottes”, combinaciones y “bodies” elaborados íntegramente en el color atemporal.
La marca Yamamay también presenta una colección en la que domina el rojo, en versión fuego o rubí.
Sin embargo, las mujeres españolas son más reticentes que el resto de europeas a vestirse, por dentro, de encarnado, y prefieren los colores oscuros y los básicos.
Los hombres, en cambio, son los mayores aficionados al color rojo, que reina en los regalos de ropa interior, a pesar de que en muchas ocasiones la prenda regrese a la tienda para ser cambiada por algo negro, un color igualmente “sexi”, pero más discreto y sufrido, explican desde Chantal Thomass.
Flores de invierno
Junto a los rojos, los burdeos y el sempiterno negro, los estampados comparten el protagonismo de la temporada.
Oysho apuesta por seguir la tendencia de las flores, que ocupan también la ropa exterior de invierno esta temporada, para imprimirlas en camisones de satén con detalles de encaje, en los escotes o en las espaldas, usando como lienzo un inocente rosa cuarzo que se transforma en seductor gracias al tacto del satén.
La firma francesa Chantal Thomass se fija en el tartán, en cuadros de colores rojos y grises, un estampado a medias entre lo formal y lo “punk”, que se adorna con puntillas y encajes en negro.
El estampado de la fría Escocia de los clanes se plasma en atrevidos conjuntos que incluyen piezas como un divertido portaligas que imita una falda escocesa, de un tamaño mínimo, con cuadros negros y grises.
De quita y pon
La marca Passionata propone prendas sofisticadas para dormir que dejan atrás el estatus de simple camisón, y firma picardías, “babydolls” y monos de estilo vintage recortados en satén rosa, rojo o violeta y en telas negras repletas de encaje.
En cuanto a la forma de los sujetadores, esta temporada triunfan las formas triangulares, con tirantes que se adornan de encaje en todo su recorrido, y los escotes “halter” que esconden “canalillo” o lo dejan entrever con transparencias.
Otra opción es vestir los sujetadores más básicos con los encajes de quita y pon que propone Oysho, en los tirantes o en las espaldas.