Luego de que el 11 de julio de 2015, Joaquín el Chapo Guzmán burló el sistema de seguridad y vigilancia del Centro Federal de Readaptación Social No. 1 “Altiplano”, considerado de “máxima seguridad”, este fin de semana el titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, encabezó una supervisión de las implementaciones hechas seis meses a atrás derivadas de la fuga del capo.
La supervisión tuvo lugar a poco más de tres meses de la inspección que también encabezó el comisionado, acompañado por el titular del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS), Eduardo Guerrero Durán, el 19 de septiembre de 2015. En esta nueva visita, y con Guzmán Loera recluido de nuevo, Sales Heredia estuvo acompañado por el comisionado de la Policía Federal Enrique Galindo; el titular del Servicio de Protección Federal, Alfonso Ramón Bagur y autoridades penitenciarias.
Ayer, a través de un comunicado, la dependencia federal indicó que en el recorrido fueron inspeccionados los filtros de acceso que existen, los mecanismos de esclusas, el funcionamiento de las cámaras, la seguridad perimetral, las condiciones de monitoreo en los centros de mando y las condiciones de internamiento de la población penitenciaria, con el fin de que estuvieran en óptimas condiciones para mantener al narcotraficante.
“Hoy, las condiciones del penal cumplen plenamente con protocolos internacionales en la materia”, presumió el titular de la CNS al informar que será él quien tenga bajo su responsabilidad el esquema de supervisión para verificar el cumplimiento de los protocolos establecidos para el acceso de personal y de visitas.
De igual forma que en la visita registrada en septiembre, a más de dos meses de la evasión del narcotraficante, el recorrido de las autoridades se prolongó por espacio de cuatro horas, tiempo en el que se supervisaron los mecanismos de control y seguridad, tanto del personal como de la población penitenciaria y los mecanismos de actuación.
Reforzamiento completo
También se verificó la implementación de las medidas necesarias para reforzar la seguridad dentro del penal asegurándose que cumplan con los estándares internacionales. Entre éstos se encuentra la actualización de la tecnología en el ingreso del personal que labora, de las visitas y de la misma población penitenciaria.
De acuerdo con fuentes de la Comisión Nacional de Seguridad consultadas por 24 HORAS, entre las principales modificaciones hechas a partir de la fuga registrada el 11 de julio del año pasado, fue el cambio de revisión física del personal, como son los escáneres de detección de drogas y explosivos, así como los arcos detectores de metal en las máquinas de rayos x.
En cuanto al sistema perimetral, se modificaron mallas exteriores, detectores de movimientos de tierra en cercos y azoteas y también se cambiaron las cámaras de circuito cerrado. De acuerdo con los funcionarios, el líder del cártel de Sinaloa cuenta con “vigilancia personalizada las 24 horas”.
Sin ofrecer detalles sobre la ubicación del narcotraficante al interior del centro federal, las fuentes consultadas refirieron que además de la custodia permanente, y el circuito de audio y video, como lo tenía antes de fugarse, la celda que Guzmán Loera fue reforzada con varillas de acero y un mecanismo de cerradura electrónica para restringir el ingreso y salida de la misma.
Aunado a ello, al exterior del Cefereso se mantiene la presencia de elementos y vehículos del Ejército, la Policía Federal, así como presencia perimetral de policías estatales.